La postura del club en la elección del próximo entrenador. 

“No basta con haber sido jugador. Se requiere preparación conceptual y técnica, personalidad, manejo de grupo, de tecnología, análisis de partidos y rivales, de cómo hacer crecer al jugador que recibe en 6 puntos y llevarlo a 7. Ellos se dan cuenta en el acto si el DT está preparado o no. Es a quien se le confía el patrimonio más importante del club. En México fui campeón de liga con seis DT distintos. ¿Por qué Rosario y Buenos Aires sacan más DT? Hubo más casos de éxitos para reflejarse. Muchos se fueron a Europa y tuvieron vivencias distintas en sus formaciones. El aprendizaje no debe ser tibio ni conformista. Voy a hablar con cinco o seis entrenadores”.

A esa lógica, que Andrés Fassi expuso ante Mundo D, hay que sumarle que la formación del plantel estará fuera del alcance del DT (si se va, los jugadores que trajo no pueden irse en lo inmediato si no resultan), que al ser también el mánager (en los hechos) evaluará permanentemente al cuerpo técnico y a los jugadores (de hecho, dirigió a Pachuca, fue PF y jugador de Liga Cordobesa). Por eso, si lo considera necesario, el directivo ingresa al campo de juego de la Boutique, al principio o al cierre de cada práctica. Es más, también está la intención de sumarle un referente del club al cuerpo de trabajo.

Quien acepte tales condiciones tiene que saber que los buenos resultados y un rendimiento esperado del equipo, a veces, pueden no ser suficientes para aspirar a la continuidad; que las cumbres con el presidente, ya sea para llegar o continuar, pueden ser varias y muy prolongadas y, que por si fuera poco, también hay un reglamento interno que respetar. Es el Talleres de Fassi, no el de un entrenador determinado.

Fran Darío Kudelka y luego Juan Pablo Vojvoda fueron excepciones a su manera. Pero Fassi les puso un límite porque quería avanzar en el concepto de crear una “escuela” para los entrenadores que tendrá a su mando. Inclusive, los que pueda llegar a formar. Esa fue una de las razones por las cuales no iba a ir a buscar a FDK otra vez, por más que se lo pidiera la gente.

Y por eso se abrió una pista extranjera (uruguaya, más exacto) para esta sucesión. Desde ideales como Diego Alonso (Monterrey) a más accesibles como Paulo Pezzolano (Liverpool de Uruguay), quienes ya saben cómo trabaja Fassi en los clubes del Grupo Pachuca, y hoy en Talleres. Luego, sigue la huella local, también con DT imposibles desde lo económico como Jorge Almirón a más terrenales, como Hernán Crespo, Diego Davobe o Alfredo Berti. Como se ve, el Talleres de Fassi no parece para cualquier DT.