La “T” empató el partido principal 1-1 con Liverpool de Uruguay y ganó 1-0 el de remanentes. El modelo Vojvoda tiene algunas diferencias con el de Kudelka.

Fue un ensayo como para ir calentando motores, poner primera e ir probando la ruta, pero no para acelerar. Todavía es temprano para sacar conclusiones terminantes del modelo que Juan Pablo Vojvoda quiere impregnarle a “su” Talleres, ese que todavía tiene que sacarse de encima los movimientos adquiridos durante tanto tiempo con Frank Kudelka y amoldarse a los suyos. Que no son tantos ni tan distintos a aquellos, pero que requieren de mucho entrenamiento y repetición.

“JPV” no viene a revolucionar a la “T” con movidas ni engendros tácticos “sampaolianos” –de hecho el sistema 4-3-3 flexible inicial se sostuvo–, pero pide algunas cuestiones que a algunos jugadores les costará plasmar más que a otros.

En los dos ensayos de ayer contra Liverpool de Uruguay, en la gélida mañana del Kempes, se vio algo de eso. Pero fue en el primero, en el empate 1-1 entre los equipos principales, el que al DT le dejó más margen para evaluar.

Los equipos de Kudelka salían a presionar arriba, pero no con tanta insistencia en el uno contra uno como pregona Vojvoda. Ese trajín requiere que ninguno se deje ganar la espalda, trate de comerle los talones al rival y de una intensidad permanente.

La intensidad también era una marca registrada del credo “kudelkiano”, pero el nuevo DT pide que sea aún más arriba, con el objetivo de robar la pelota y tratar de herir bien adelante. El riesgo es que cuando esa intensidad se afloja, puede pasar lo de ayer.

La primera vez que la “T” aflojó un poco porque, lógicamente, las piernas en esta etapa de pretemporada pesan más, quedó expuesto a una contra rápida de dos toques largos uruguayos, que terminó dejando a Caranta, recién ingresado en lugar de Herrera, con el hábil Cristian Souza. Fue a los 28 minutos del complemento, el “10” la recibió en el área y no perdonó.

Talleres se ocupó siempre en tratar de no padecer en su fondo, alejarse lo más posible de su arco y armarse de atrás para adelante. Los gritos permanentes de Gandolfi dieron cuenta de ello.

La segunda escala era que la pelota pasara al medio para Guiñazú y Andrés Cubas, indistintamente, y que el primer pase les perteneciera. Eso sucedió, pero si alguno la perdía, atrás quedaban espacios amplios que los volantes charrúas aprovechaban. En otras palabras: del medio para adelante el equipo se hizo corto y del medio para atrás, no tanto.

Cuando “Leo” Godoy se animó y buscó la sociedad con Nahuel Bustos, el equipo creció, se fue haciendo dominador de las acciones y alguna vez pudo quebrar el orden táctico de Liverpool, pero le faltó continuidad en la insistencia.

Así llegó el empate, ocho minutos después del gol uruguayo. En una contra, Godoy sacó rápido un lateral, Ortiz picó por derecha y le sirvió el centro para que Sosa, en el otro costado, la empujara. Pero Talleres volvió a desordenarse después del empate y volvió a pasar un par de sofocones. Como para certificar que al modelo Vojvoda aún le falta trabajo para que se plasme como el DT pretende.

Vojvoda tomó nota

El nuevo DT albiazul se fue medianamente satisfecho. “El rival nos propuso un juego muy parejo. Fueron dos partidos interesantes con varias cosas por corregir, especialmente en el primer partido. El complemento del segundo partido fue el que más me gustó”, señaló el entrenador.

“Estoy satisfecho por la intensidad, porque los jugadores entendieron de qué se trataba este partido. Les dije a mis jugadores que no me tenían que demostrar nada, pero sí que trataran de plasmar en el campo de juego algunas ideas. He visto que se intentó. En algunos pasajes salió y en otros no. Ellos se están acosutmbrando a mí y yo a ellos”.

Consultado sobre qué idea vio mejor plasmada en el campo de juego del Kempes, respondió: “En los dos partidos se vio esa intención de robar el balón alto y tratar de dañar ahí. No siempre se podrá. Algunas veces el rival salteó nuestra presión y quedamos desprotegidos, como en el gol de e llos”.

Con respecto a la posibilidad de que Cubas y Guiñazú sean compatibles para edificar un doble “5”, contestó: “Son compatibles, pero eso lo van a ir diciendo los partidos. Para eso están los amistosos. Talleres ya jugó así con Fernando Godoy y ‘el Cholo’. Tenemos variantes, trataremos de que las variantes se vayan aceitando. La solución a los problemas está en la contínua búsqueda de variantes”.

En cuanto al déficit que le vio al equipo, apuntó: “Hubo espacios grandes atrás por siempre intentar presionar alto. Tenemos que asimilar que la presión tiene que ser coordinada”.