La T se floreó y redondeó el 4-0 con mucha autoridad ante un juvenil rival. A los hinchas no les importó que fuera un equipo b. El sábado, la visita a Racing. La lesión de Palacios.

Nunca se ganan los partidos antes de jugarse. Los que saben de fútbol siempre lo dicen y, aunque el rival no venga bien o venga con suplentes porque prioriza otras competencias, no importa. Hay que ganar.

Y Talleres, como los tiene bien acostumbrados a sus hinchas, salió a eso. Desde afuera, los 40 mil fanas de la T estaban como locos. La fiesta previa los había dejado con ganas de que todo lo que se decía en la previa sobre que había que ganarle a los “chicos” de River se haga realidad lo más rápido posible.

Y cómo cumplieron!!! Con un tremendo 4-0 para no dejar dudas y para cerrar una hermosa noche de fútbol. Los goles fueron de Juan Ramírez en dos oportunidades, de Marcelo Torres y de Lucas Olaza.

Y en las tribunas se coronó la fiesta soñando con la clásica canción: “y vamos a dar la vuelta…” La presión alta característica de los equipos de Kudelka daba resultado molestando a la salida de los pibes del Millonario. Estuvo cerca Palacios, que después se fue lesionado reemplazado por Menéndez. También se acercaron Ramírez, Bebelo Reynoso tuvo la suya, un par de penales protestados. Pero luego, lo de siempre.

Los locales levantaron el pie del acelerador y dejaron crecer a River. Herrera tuvo un par de atajadas. Primero a Barboza y luego a Santos Borré. Voces de preocupación La suerte le tocó al cierre del primer tiempo. Casi en la última bola de esa etapa, cuando los chicos de River empezaban a ligar y a preocupar con algunas llegadas al arco, llegó la jugada que abrió el partido a cargo de Juan Ramírez.

Talleres ganaba 1-0 y se iba al descanso sabiendo que pegó en el momento justo. En el instante en el que su arquero Herrera se empezaba a esforzar para no tener sobresaltos. El volante recibió de Rojas y fusiló a Batalla haciendo explotar por segunda vez al Kempes.

En la segunda parte, los muchachos de Kudelka salieron a que el partido no se sufra. En el inicio, lo tuvo Menéndez luego de un rebote y, a los 15, Olaza metió un zapatazo en el travesaño que, si entraba, era para cerrar el estadio. Pero no se dio el golazo del uruguayo. Pero, para remediarlo, llegó el golazo de Ramírez. A los 24, entró como una tromba por izquierda y definió ante la salida de Batalla.

Y el tercero del Chelo Torres que lo gritó con alma y vida por su pasado en Boca contagió a los hinchas. Y luego el penal de Olaza luego del foul a Rojas para coronar un 4-0 cerrando una noche perfecta que invita a soñar a todo Talleres que sigue creciendo en el torneo.

A Avellaneda. El próximo rival de la T será Racing, el sábado a las 19 en Avellaneda. El plantel vuelve a las prácticas el lunes por la mañana y evaluarán a Sebastián Palacios, quien fue reemplazado en el primer tiempo por una lesión en el brazo que podría revestir gravedad.