El delantero se muestra entusiasmado con la idea de jugar con la “T” en Primera División. Además, admite que está listo para intentar ganarse un lugar en el once inicial.

En la periferia de la ciudad de Santa Fe, sobre uno de los costados, en los primeros kilómetros de la autopista que va hacia Rosario, el Colón Hotel de Campo, Resort y Spa aparece como un oasis futbolero.

Aun sin contar con la totalidad de las canchas en un nivel óptimo y pese a que, por ejemplo, el estado actual de su gimnasio obligó a que se lleve maquinaria desde Córdoba, el lugar está pensado para brindar las comodidades requeridas en una pretemporada.

Por eso fue que Talleres decidió que allí se realizara la parte más exigente de su preparación, con la mira en el Torneo de Primera División, campeonato en el que participará luego de 12 años.

En ese escenario, el martes, con la ropa que lo identifica como futbolista del club –remera azul con líneas blancas horizontales y short al tono– Gonzalo Martín Klusener toma asiento.

Está en un momento de esparcimiento, luego de una dura sesión de entrenamiento físico durante la mañana del martes. Pide un cortado y se dispone a contar cómo atraviesa esta nueva etapa en el club. Tranquilo, sin dar demasiadas vueltas a la hora de afrontar cada una de las preguntas, el delantero sabe que está en la antesala de un gran momento.

Es que, más allá de lo que pueda resultar de la campaña albiazul esta temporada, asegura una y otra vez que está en “su” lugar en el mundo: Talleres. Con pasado reciente por Primera División, “Klusegol” entiende que esta vez será diferente, que será el momento de descubrir una nueva sensación cuando, a mediados de agosto, le toque salir a la cancha con la camiseta del club al que le tomó tanto cariño, en la máxima divisional del fútbol argentino.

–¿Cómo llevaste esta pretemporada en Santa Fe?
–Bien, bien… preparándonos de la mejor manera. Sabemos que vamos a enfrentar un torneo duro, complicado. Todos estamos pensando en eso y tratando de dar lo mejor por el equipo. Desde los profes, que piensan cada uno de los trabajos que hacemos, hasta nosotros, que estamos esforzándonos en el día a día. Seguramente, volveremos bien.

–Finalmente, vas a jugar en Primera con Talleres…
–Es una cuenta pendiente que tenía, más que nada porque me encariñé con el club y quiero que le vaya bien. Estoy donde quiero estar. Y claro, jugar en la máxima categoría del fútbol argentino, en el club que uno aprecia y al que le ha tomado cariño, es buenísimo. Es una felicidad inmensa para mí y para mi familia.

–¿Lo tomás como una revancha?
–No sé si como una revancha. Lo que me ha pasado es que cuando arrancó la B Nacional (posterior al ascenso de 2013), sabíamos que al año siguiente había 10 ascensos. Y yo veía que esa iba a ser una oportunidad para jugar en Primera. Suponía: tratar de mantener la categoría y el semestre que viene estar entre los 10, una posibilidad importante. Las cosas no salieron bien, descendimos y me quedé con esa bronca. Pero tuve la suerte de que me llamó (Pablo) Quatrocchi para ir a jugar en Quilmes.

–¿No lo esperabas?
–Yo lo veía muy lejos porque siempre fui un jugador que la luchó de abajo. Y cuando se me dio esa chance, no la quise desaprovechar, por eso también, en aquel momento, tomé la decisión de irme del club. Ahora, estar de vuelta es algo increíble.

"Cuando uno viene convencido de hacer las cosas, las cosas salen, eso es fundamental para lograr los objetivos", exclama "KluKlu"

–Dijiste que, ya antes del ascenso del equipo al Nacional B, tenías ganas de volver.
–Las ganas siempre estuvieron en mi cabeza. Y mucho antes de que ascendieran a la B Nacional. Sentía que estaba más próximo, porque era una decisión que la estaba terminando de resolver, después de Olimpo, en donde no me estaba tocando jugar. Luego, el equipo ascendió y fue, claro, mucho más seductor. Cuando uno viene convencido de hacer las cosas, las cosas salen, eso es fundamental para lograr los objetivos.

–¿Y en lo personal, cómo te sentís?
–La verdad es que siento una alegría inmensa. No soy un pibe. Tengo 32 años, la peleé muchísimo, pasé muchas cosas feas y ahora me toca pasar esta linda. Uno trata de disfrutarlo, con tranquilidad, como siempre lo hice: ni creerme que soy el mejor, ni tampoco el peor cuando me fue mal. Ahora sólo queda trabajar y prepararse de la mejor manera. Sé que va a ser complicado.

–¿Vas a usar la número “9”?
–No sé. Todavía no sé. Ojalá, porque siempre jugué con la “9”. Pero si viene alguno y la quiere, no tengo problemas.

"Él (por Kudelka) siempre lo dice: el que está mejor, juega. Hubo claros ejemplos en los que pasó eso", afirma Klusener.

–Puede que venga un delantero más al plantel. ¿En qué te cambia eso?
–Me va a exigir más a dar lo mejor. Si viene un jugador de jerarquía, eso te hace crecer. Uno aprende un montón. Después será el técnico el que tenga el quilombo de decidir. Él (por Darío Kudelka) siempre lo dice: “El que está mejor, juega”. Hubo claros ejemplos en los que pasó eso. Y uno trata de aportar en donde le toque.

–¿Es el mejor momento de Talleres?
–Desde que conozco a Talleres, es su mejor momento. En lo institucional, sin lugar a dudas; y en lo deportivo, también. Hace 12 años que no está en Primera Division y ahora se encuentra en la máxima categoría, con un proyecto serio, donde las cosas se están haciendo bien y en forma planificada. Esperemos nosotros aportar nuestro granito de arena para que el club siga mejorando.

–¿La presencia de Belgrano cambia algo?
–La verdad es que es un lindo clásico. Que los dos equipos estén en la categoría superior me parece que para Córdoba es buenísimo. Después, el clásico será un partido de fútbol, un juego. Ganará el que mejor haga las cosas en los 90 minutos, pero tampoco hay que dramatizar. Los dos queremos ganar, porque defendemos nuestras camisetas.