Sorprendido con el club. El uruguayo de 24 años habla de su vital aporte saliendo del banco y de cómo se siente en El Mundo Talleres.

Pese a que no registra partidos como titular en la actual temporada de la B Nacional, Agustín Gutiérrez rescata que un “suplente” debe mantener la concentración durante los 90 minutos.

Aunque parezca una paradoja, hay momentos aún en este fútbol, en los que la velocidad no lo es todo. Donde la cuestión pasa no tanto por cuán rápido ruede la pelota o se muevan los pies de algunos jugadores, sino más bien por aprovechar el sentido de la oportunidad. Eso es algo que, de momento, Gutiérrez está haciendo muy bien en Talleres.

El atacante uruguayo llegó como un “tapado” –algo más, incluso que Nazareno Solis–. Una especie de apuesta, pensando también en que sólo tiene 24 años, de cara a ese anhelo de la dirigencia de consolidar un equipo en donde la mayoría de los jugadores sean propios.

Pues bien, pese a su corta edad, “Guti” ha demostrado tener la capacidad suficiente para aprovechar cada uno de esos casi 50 minutos que lleva disputados en la temporada.

–Son punteros en soledad, ¿se siente distinto el saber que se perfilan como candidatos?
–No sé si candidatos. Esto recién empieza. Nosotros hacemos mucho hincapié en ir partido a partido. Estamos tranquilos porque se nos están dando los resultados y, por momentos, también el funcionamiento que quiere el entrenador.

–Llegaste al club hace dosmeses, ¿cómo te encontrás en Córdoba?
–Muy conforme. Sabía que venía a una institución importante, pero nunca me imaginé que tanto: el día a día, la hinchada. Lo que encontré acá me lo imaginaba en Europa. Y lo digo así, sin vueltas. Ahora me toca tratar de estar a la altura y brindarle al equipo todo lo que pueda.

–Y en cuanto a tu rendimiento futbolístico, ¿cómo te sentís?
–Bien. De eso se trata el fútbol, de que cada uno, desde su lugar, pueda hacer su trabajo. Sea uno, 10 o 20 minutos. Hay que aprovechar las oportunidades. Yo vine con la idea de ganarme un lugar, en el grupo primero, en el plantel después y, si el técnico lo decide, jugar.

Intentando elaborar una definición a grandes rasgos, se podría inferir que, en un partido de fútbol, los cambios llegan para solucionar al menos una de dos cuestiones: darle aire al equipo (quitar a algún jugador disminuido físicamente), o torcer la dinámica de juego de un conjunto (el famoso “cambio táctico”). En ese segundo punto, el suplente, tiene un rol fundamental. El montevideano describe al sustituto como a un jugador que, aunque no ha sido convocado entre los 11 titulares, juega desde el minuto cero.

¿Por qué razón? Porque mantener la concentración durante toda la etapa previa a un eventual ingreso es fundamental para cumplir con el objetivo que tendrá el entrenador a la hora de incluirlo: justamente, cambiar el partido.

–¿Sos de ver a tus rivales?
–Sí, muchas veces veo. Sobre todo cuando me toca estar en el banco miro mucho cómo viene el partido. Cómo se mueve el lateral por izquierda, o el del otro costado; los zagueros, si son lentos o rápidos. Para un jugador que está en el banco, eso es fundamental. Tenés que tener en cuenta de que cuando entrás, entrás para cambiar algo. Entonces hay que buscar las oportunidades.

–Son armas a tu favor…
–Sí, igual que las del cuerpo técnico. Entre eso que vemos y la información que nos da el equipo, estamos preparados a la hora que nos toca jugar.

–Se te vio rotar mucho las bandas en los momentos que te tocó jugar, ¿cómo te definirías dentro de la cancha?
–Me gusta mucho encarar e ir para adelante. Eso es lo que me pide el entrenador, que cuando pueda desborde y, cuando no, tenga la pelota. En los momentos que me ha utilizado me ha puesto tanto por derecha como por izquierda. Ofensivamente, ese es mi puesto.

–¿Te gusta jugar con una referencia de área, un “9”? Talleres tiene ese tipo de jugadores, y todos están pagando con goles…
– Está siendo fundamental para nosotros ese tipo de jugadores, el nueve de área, como se dice. Son jugadores con muchas condiciones que, por arriba, ganan casi siempre. Tienen gol. Si uno desborda, tira paredes y busca el centro. Entonces, tenerlos es muy importante para el equipo. Además, también ayuda mucho que el “9” luche, corra y trabe, como hacen los chicos.

–¿Creés que Talleres aún tiene mucho por evolucionar?
–Obviamente, vamos a mejorar muchísimo. Día a día mejoramos en lo individual y en lo grupal. Por ahí no hemos contado con todos los jugadores, tuvimos muchos lesionados. Pero yo lo veo bien, se nota el crecimiento del equipo. Un equipo que viene ganando, que por momentos gusta como juega, que nunca pierde de vista el arco de enfrente. Eso es muy bueno.

“Sabía que venía a una institución importante, pero nunca me imaginé que tanto. Lo que encontré acá me lo imaginaba en Europa”.

Su perfil

Nació en Montevideo, Uruguay, el 11 de febrero de 1992. Tiene 24 años. Hizo toda su carrera en Racing Club de su país. Allí jugó 57 partidos oficiales y marcó 14. Juega de volante ofensivo y media punta. Le gusta encarar a los rivales y llegó como uno de los “tapados” en el mercado de verano. En el 2-0 a Central Córdoba, participó de la jugada que terminó con el gol definitivo de Hernán Encina.