Aldo Araujo: No sabía nada de Talleres
(Foto: Sergio Cejas) |
Historia de esperanza y de lucha. El correntino quedó tras una prueba entre 40 jugadores, por su gambeta vertical y en velocidad. Dejó Mandiyú, donde ganaba 1.500 pesos, para ilusionar a “T”.
Aldo Araujo llegó hace un ratito de la sede de Talleres. Fue convocado junto a Lucas Bovaglio, Ezequiel Barrionuevo, Nelson Benítez y Federico Costa. La idea era que todos saquen el carné y así contribuyan a impulsar una campaña que, se espera, sea histórica. Apenas lo descubrieron, le pidieron autógrafos. El Mundo Talleres es así. La impronta demostrada en los amistosos, sobre todo en los de la gira mejicana, hace que la expectativa fluya. Aunque el debut oficial aún no se haya dado. De eso y de su historia, habló con Mundo D.
“Estoy contento. Me siento bien. Gracias a Dios, a mi representante Juan Carlos Prycodko, que hizo todo para que yo estuviera aquí, y también a los abogados de Agremiados Luis Taboada y Stella Juncos, que mediaron para lograr la libertad de acción”. La vocecita de Araujo corresponde con su timidez y un cuerpo menudo. Pero cuando entra a la cancha se transforma y convierte en “Turbina”, el apodo que trae desde su Corrientes natal, según su representante Juan Carlos Prycodko, ex jugador de Racing, Ferro y Chicago. Araujo va descubriendo de a poco el Mundo Talleres, en el que la exposición del jugador es, a veces, increíble.
–¿Qué sabías de Talleres?
–No sabía nada. Mi representante me habló. Yo estaba en Mandiyú. Ahí conocí a Daniel Albornos, pero no sabía que había sido una gloria de Talleres, sino hasta que vine. Teníamos buena relación con Daniel que era ayudante de campo. Me hablaba bien”, contó Araujo.
–Albornos dio una referencia favorable cuando le preguntaron...
–Llegué acá y seguimos hablando. Ahí me contó de Talleres.
Albornos cuenta que como colaborador de “Cachín” Blanco se pegó mucho: “Le decía que iba a jugar con 30 o 40 mil personas por partido. Que si no andaba bien, que aguantara la presión. ¿Por qué no le dije quién era? No correspondía. No hacía falta. Le fueron diciendo. Y no tengo nada que ver con Talleres. Solamente me preguntaron. Me alegro que progrese. Que Talleres le haya abierto una puerta y que deje de ganar 1.500 pesos. Es un gran jugador. Es humilde y jugará por su familia y por Talleres”.
Araujo asiente sobre las referencias a esos dichos. Su timidez lo acompaña. “Ni he salido a la calle, todavía. Ni me conocen. Viajé a México. Estoy contento por eso.
–¿Qué expectativas tenés?
–El ascenso con Talleres. Y sueño con jugar en Primera.
–¿Cómo es tu diálogo con los compañeros y con Kudelka?
–Bien. Me alientan. El DT Me dice que vaya para adelante. Me hace posicionar mejor en la cancha. Eso no lo hacía en Mandiyú. Ahora sé de táctica.
–¿Qué sos?
–Volante por izquierda. También jugué de enganche y de doble cinco. Soy derecho. Cuando me queda, le pego. Soy más de hacer goles que de asistir. Soy hincha de San Lorenzo. Tengo de ídolo a Ignacio Piatti.
–¿Qué te dicen los defensores?
–Me desafían a que los encare. Y lo hago. Le escapo a las patadas. Pero a veces no puedo. El año pasado me pegaron muy fuerte.
"No soy de hablar. Juego de chico. A los 15 en la A de liga. Tengo 7 hermanos, padre gomero y madre ama de casa. El avión a México fue el 2º que tomé”, cuenta Araujo.
La polémica
Aldo Araujo jugó en Alvear, Robinson, Curupay, Paso de los Libres y desde hace tres años estaba en Textil Mandiyú. Como varios jugadores de ese equipo lograron la libertad de acción después de sufrir bastante para cobrar. El presidente Abib se enojó bastante y dijo que Talleres le había “robado” a Araujo. Pero más allá de su bronca, dejó una definición imperdible. “Es como Messi. Tiene mucha velocidad. No hay forma de pararlo. Se dispara como una saeta. La única forma de pararlo, si lo agarran, es pegándole. Encima define bien. Yo le enseñé a jugar, pero lo enloquecieron, son de familia humilde y les hicieron la cabeza. Al chico lo tienen secuestrado. Es un chico que no sabe leer ni escribir, no tiene representante. Me lo robaron. Tiene contrato”, dijo el directivo.
Fassi, titular de Talleres dijo que había llegado libre, algo que determinó la AFA, vía Agremiados. “Jugadores de Texti Mandiyú denunciaron que el presidente entró con barras a sus departamentos para quitarles pagarés que les había dado”, explicó Taboada. “Yo no quiero hablar ya de eso. Es pasado”, afirmó el volante.
Elegido entre 40
Araujo es correntino, nacido en Seminario hace 23 años, su padre es gomero y su madre es ama de casa. Son siete hermanos y Aldo cuenta que “juega al fútbol desde que tiene uso de razón” y que juega en primera “desde los 14 años”. Es la esperanza de una familia humilde. “Ojalá puedan estar en el debut”, se ilusiona.
Y este es el momento en que su vida puede empezar. Vino hace dos meses, cuando el plantel de Talleres aún estaba de licencia. “Me vine de Corrientes en colectivo. Llegué a las 7 de la mañana y un rato después era la prueba. Había muchos jugadores. Me fue bien”, comentó.
“¿Bien? Un rato después de bajarse de un viaje matador, jugó el partido de prueba e hizo tres goles. Salió elegido de una prueba de 40 jugadores en el predio como dijo Fassi. Hizo siete goles en cuatro partidos. Y los que hizo ya en amistosos oficiales”, contó Prycodko. Talleres lo fichó en el acto, el DT Kudelka lo fue llevando de a poco y tanto Juan Pizzi como Pablo Marini, entrenadores de León y Zacatecas, respectivamente, se asombraron por su gambeta y velocidad. “Pienso en el ascenso. Como todos”, dice “Turbina”, al que definieron como Messi, pero al que le pagaban 1.500 pesos. Su vida empieza a cambiar. Si a Araujo le va bien, a Talleres le irá mejor.