Arquerazo. Nació en Córdoba, pero jugó el Mundial de 1994 con Bolivia. Hoy, en Pachuca, es el encargado de formar entrenadores.

“Hay que dejarse ayudar por los que saben”. Esa es una de las enseñanzas que le dejó a Carlos Trucco una pancreatitis que, hace algunos años, lo puso al borde de la muerte. El arquero cordobés superó la enfermedad luego de tres intervenciones quirúrgicas y cinco meses de internación. Luchó, luchó y hoy es parte fundamental del Pachuca de Andrés Fassi.

“Un día, cuando tenía pancreatitis, vino un señor que nunca supe cómo se llamaba y me dijo: ‘Yo tuve pancreatitis y, haceme caso, dejate morir, no pelees’. Lo que me quiso decir es que si yo peleaba, no me iba a querer quedar internado, que lo mejor era dejarse ayudar por los que sabían. Yo no sabía delegar. Después de eso, hubo un cambio en mi vida”, le contó a Mundo D el exarquero de la selección de Bolivia, que disputó el Mundial Estados Unidos 1994.

Hoy, siendo coordinador del área de capacitación del Grupo Pachuca, este cordobés oriundo de Balnearia, que está hace 20 años al lado de Fassi, asegura que el proyecto que el presidente de Talleres está empezando en Córdoba puede funcionar a la perfección.

“Yo conozco a nuestra gente y sé que por ahí tiene miedo de que le quiten lo que tiene. Pero no es así. Yo le diría a la gente, al hincha de Talleres, que sepa escuchar, que se deje guiar. En todas las empresas hay métodos para guiar a las estructuras. Pero hay que saber ir modificando los pensamientos y las formas para seguir creciendo. Si te quedás siempre en el pensamiento inicial, la competencia te supera. Tenés que tener una apertura mental para dejarte ayudar. Yo capacito a jóvenes que después pasan a ser jefes míos, y no hay ningún problema. Si te dejás ayudar y no tenés miedo que te quiten, perdurás en muchas cosas. Y si viene alguien mejor, hay que saber dar un paso al costado”, asegura Trucco.

–Pero en Argentina es difícil que la gente entienda que un club se puede manejar como empresa.
–Si vos estás en un club y sos socio y tenés una masa societaria que eligió un gobierno para que una marca pueda perdurar, tenés que ayudar, apoyar, trabajar y colaborar para que los que saben hagan crecer a una marca. Es necesario trabajar en equipo. Es importante que todos los que forman parte de una sociedad apoyen a los directivos en las decisiones y colaboraciones. Sólo así el nombre Talleres puede crecer.

Del fútbol a los escritorios

A pesar de la experiencia que tiene, Trucco sigue capacitándose. Cuando estuvo internado, durante cinco meses, realizó un proyecto que puso en práctica ni bien se curó.

Además, pasó por varios puestos de trabajo, desde jugador y DT hasta encargado de finanzas y capacitación del personal.

Hoy tiene un programa de análisis futbolístico local e internacional y es comentarista en México.

– ¿Cuál es la actividad que desarrolla en Grupo Pachuca?
– Estoy en el área de capacitación a entrenadores. Trabajamos el modelo de juego que tienen Andrés (Fassi) y Marcos Garcés que tienen en su cabeza y lo implementamos en todos lados. Por ejemplo, ahora Talleres va a jugar con un 4-2-3-1 (Kudelka utilizaba desde antes este esquema) y capacitamos a los entrenadores en eso. ¿Qué ganamos? Que haya más posibilidades de venta en varios mercados que utilizan las características de los jugadores que formamos. La capacitación sobre el que enseña es fundamental para que puedan aplicarlo sobre los más de 70 mil chicos que tenemos, como Grupo Pachuca, a lo largo del país.

– ¿Cómo se hace la capacitación?
– Hacemos páginas web para que los entrenadores que están lejos de nosotros tengan la posibilidad de aprender lo que pretendemos de ellos. Sería una capacitación a distancia. Y el otro trabajo que tengo es en el desarrollo del fútbol. Tengo una maestría en administración de empresas en la que Andrés me facilitó para que la realice.

Trucco llegó a México en 1994, luego de jugar un Mundial y con ganas de retirarse. Sin embargo, comenzó a involucrarse cada vez más en el proyecto Pachuca.

– ¿Cómo arrancó este proyecto?
– Tras el Mundial yo quería seguir en el Bolívar, pero ya dentro del cuerpo técnico. Me quería retirar. Y me llama Andrés para que venga a México. Nunca supe que era la segunda categoría. Cuando llegué, hace 20 años, me tocó jugar un cuadrangular contra el América. Ahí él me empieza a contar lo que iba a hacer acá, que se iba a quedar por muchos años… Y me quedé.