Lo pagó. La mezquina tarde albiazul terminó con un pálido empate. Aventajaba, pero no pudo sostener el triunfo.

Es así a veces. Dejando de lado los preceptos del buen juego, cuando las cosas no salen bien y afloran las oportunidades, hay que saber aprovecharlas. Talleres no tuvo una buena tarde. Logró ponerse en ventaja, pero a pocos minutos del final, todo se le desmoronó.

La principal falla de este Talleres viene siendo en los últimos dos partidos (dos empates al hilo) su mediocampo. Y los malos arranques de la defensa. En el juego anterior lo pagó caro. En el de ayer en Sunchales, antes del 1-1 final, Libertad ya le había movido la estantería con poco. La T se acomodó. Trató de pararse mejor. Del medio hacia atrás mejoró y ajustó marcas. Pero parecía que el lateral izquierdo era endeble. Por la derecha, Rodrigo Cháves mantenía firmeza. Y Herrera (entró por Bovaglio que se lesionó antes del juego) hizo un buen tándem con Bazzi. Schenone Paz alternó muchas malas con buenas. Y lo pagó la T, en el juego vertical del dueño de casa, con un Torresi que le jugaba a las espaldas en la franja izquierda. Mientras, del medio hacia adelante, Talleres construyó muy poco. Y en el PT dependió exclusivamente del momento picante que está teniendo Gabriel Carabajal. De media punta, el volante ofensivo rinde bien. Y molestó, inquietó y tirado hacia la izquierda sacó centros cruzados, jugó con Díaz y se asoció con Martínez.

Talleres comenzó mal y después de los 20 se acomodó. Pero no le alcanzó para llegar con claridad al área de Sand.

Sobre el cierre, un fuerte impacto sobre Carabajal, provocó que no pudiera volver al campo. Gabi tuvo conmoción cerebral, pero no pasó a mayores. Victorio Ramis, delantero de la cantera (proyectazo) hizo lo que pudo en el ST, con lo poco que le llegó. Sin embargo, en el arranque del complemento, sobre los 7 minutos, Diego Martínez capitalizó el balón tras un remate y buena jugada de Barrionuevo (con mala salida del 1 Sand) y abrió el marcador. La T no se paró de contra, pero tampoco se adueñó del balón. Esperó, así nomás. Aguantó hasta que en una distracción por izquierda (con salida presurosa de Costa), en un remate el balón impactó en la mano de Formica. El juez interpretó la intención y sancionó penal. Mauricio Ocaño ejecutó y anotó el empate. Al 1-1 le quedaban cinco minutos del tiempo regular. Talleres no tenía argumentos sólidos de juego, era sólo aguantar y apostar por ahí a la contra. Y en pocos minutos era difícil poder hacer lo que no hizo en toda la etapa. Igual, no lo supo aguantar.

El nivel albiazul. No tuvo juego colectivo y dependió siempre de lo que pudiera hacer algún “iluminado”. Por eso lo pagó.

La figura. MARCELO HERRERA. El defensor arrancó con dudas como toda la defensa, pero después logró afianzarse. Fue clave en el anticipo y en el orden. Lo mejorcito del equipo.

El árbitro. LUIS LOBO MEDINA. No tuvo fallos polémicos. En líneas generales cumplió en los 90 minutos. En el penal estaba bien ubicado y vio mano de Formica en el área.