Después de mucho tiempo, un DT apostó seriamente a dos propios para darle fútbol al equipo. Podrán estar ante Unión si “el Gaby” supera una fatiga. Forestello propone, ellos disponen.

Oportunidades con respaldo y obligaciones no siempre van de la mano en el fútbol. Mucho menos aún en el Mundo Talleres y en particular para los jugadores formados en el club. Para ellos, casi siempre fue la presión de jugar desde la urgencia y sin la red de contención rota por los foráneos que no estuvieron a la altura de las circunstancias.

Después de mucho tiempo, los casos de Favio Álvarez y de Gabriel Carabajal han hecho coincidir aquellas variables casi siempre divorciadas. Para ambos y en simultáneo.

Rubén Darío Forestello, el entrenador de Talleres, ha decidido apostar por ellos. Para que el equipo tenga el fútbol que le falta. La cerebración de Favio (siempre alternativa tras su debit en la era Gustavo Coleoni) más la explosión de Carabajal (Sialle no le encontró el lugar para aprovecharlo ni él tampoco). Esa que espera contar cuanto antes para salir de perdedor y de la zona de descensos.

"Sigo confiando en que podré tenerlo en breve junto con Álvarez. Son los que aportan frescura y talento", explica Forestello, sobre Carabajal.

“A Carabajal lo traje a Pergamino para cuidarlo, para que esté con nosotros y se recupere. Sigo confiando en que podré tenerlo en breve junto con Álvarez. Son los que aportan frescura y talento. Favio empezó de a poco. Un rato en Junín, en Pergamino fue titular. A Gabriel espero contarlo con Unión, el viernes. Me dolieron las derrotas ante Sarmiento y Douglas, pero mi apuesta es ésa. A revertir con fútbol, a aprender de nuestros errores. Es lo que hay”, dice Forestello.

Amén de los dramas contractuales de uno y de las lesiones del otro, el DT cree en sus responsabilidades para generar juego. Con roles protagónicos, con lugar concretos donde partir para pesar, para asociarse y progresar. Y fundamentalmente para explotar la capacidad de Juan Sánchez Sotelo y Gonzalo Klusener.

¿Puede darse? Álvarez le agregó determinación a su juego y la pidió siempre, para poder hacer jugar a Talleres. No hay actitudes displicentes sino movimientos inteligentes, tratando de captar las zonas problemas del rival. Carabajal no ha podido jugar por dos lesiones, pero espera de un momento a otro poder tener el alta para demostrar ese cambio que se le vio en el verano. El famoso “tren” al que dice haberse subido ahora.

Esa sociedad necesitará de un volante central rápido de mente y de piernas. Marcos Brítez Ojeda ha tenido más llegada, pero la soledad de Edison Torres primero y luego de Nery Leyes, ha desequilibrado al equipo. Quizás sea Agustín Díaz, el histórico jugador albiazul (reinventado como doble cinco para poder hacerse un lugar en la era Sialle; hoy suplente), quien tenga la oportunidad ahora que el ex Independiente (M) está suspendido.

“El entrenador me dice que me dedique a jugar. Que me divierta, pero con responsabilidad. Lo estoy haciendo, gracias a mis compañeros. Tenemos que seguir así”, cuenta Favio.

El acople defensivo está pendiente, pero se sabe de lo necesario que será para que el desafío de los propios se cumpla en el mejor de los climas. La obligación estuvo siempre, la oportunidad y el respaldo esta vez parecen ir de la mano. Forestello propone; los jugadores disponen.

Álvarez firmó por un año más. La novela llegó a su fin. Favio Álvarez puso la firma y así renovó su contrato con Talleres hasta 2015. La novela transcurrió en el receso veraniego y en el tire y afloje, el jugador fue colgado en los amistosos ante Instituto y Central y no pudo participar de la práctica previa a Sarmiento, razón por la cual debió ir al banco. ¿Y Agustín Díaz? El volante albiazul también acordó la renovación del contrato hasta 2016, con su correspondiente actualización. Firmaría en las próximas horas.