Lucieron los “10”. Favio Álvarez guio a Talleres a un 2-0 parcial; y “JP” Francia levantó a Sportivo.

GONZALO KLUSENER TALLERES “Ganábamos y nos metimos un poquito atrás y perdimos la pelota. Sportivo juega bien”.

JUAN PABLO FRANCIA SPORTIVO BELGRANO “Estábamos dos goles abajo y pudimos empatar. Creo que merecíamos un poco más”.

El 2- 2 de anoche se construye de muchas maneras. Lo bueno, lo malo y lo feo se manifiestan en cualquier partido, aunque se trate de un amistoso. Eso es real e insoslayable. Pero lo que alienta el análisis del Talleres-Sportivo Belgrano es que ayer hubo un duelo de talentos.

Los determinantes que provienen de la impronta de los que saben jugar fueron más influyentes y poderosos que el miedo a perder, que el temor a equivocarse, que marcan a sol y a sombra a nuestro fútbol. Esas factores que atentan contra el espectáculo.

El partido se movió en función de la inventiva de Favio Álvarez y Juan Pablo Francia; penduló entre la velocidad de Gabriel Carabajal y los arranques de Aguirre; entre los que quisieron entender cómo Gonzalo Klusener (siempre listo haya o no haya abastecimiento) o cómo Verino y Medina, quienes sabían que podían encontrar su revancha, aunque hubieran tenido el peor de los comienzos. Mientras estuvo Álvarez en la cancha, Talleres golpeó duro y fue todo lo bueno que Rubén Forestello espera que sea. Con Francia en la cancha, el Verde siempre tuvo esperanza.

Comienzo demoledor. A los 6 minutos de juego, el primer Talleres de Forestello ganaba 2- 0. Carabajal fue un rayo para superar a Medina y a Rigamonti. Luego, Álvarez dejó solo a Klusener, y otro pase a la red.

Salida clara por Burgos, primer pase de Brítez Ojeda, creación de Álvarez, profundidad del “Gaby” y recuperación de Leyes para volver a empezar la jugada. Salía todo redondito para Rubén Forestello, que tenía su primer partido ante la gente de Talleres en este triang ular mientras espera el debut del 7 de febrero frente a Sarmiento.

Su máximo esfuerzo fue agitarse para tomar la botellita y tomar Gatorade. Los hinchas de Talleres se pellizcaban; los de Sportivo, también.

Fue hasta que empezó a jugar Francia. Se tomó casi un tiempo. Verino aprovechó un tiro libre de “JP” que dio en la barrera y cabeceó al gol. Después el “10” quedó solo ante Santillo, tras marcarle el pase a Dolci, y el “1” le sacó el gol.

Sus pelotas detenidas iban todas a la cabeza de un jugador verde. En el enésimo córner, Medina tuvo revancha. De aquel comienzo flojo al 2-2. Solo había que entender a Francia. Como Talleres lo supo hacer con Álvarez ( Forestello lo sacó cuando iban 2-1) en el amanecer soñado que tuvo. Sin ellos, la expresión de uno y otro se pareció a la ciclotimia que mostraron antes del receso.