El Tercer Tiempo contó con algunas improvisaciones de la organización que luego se solucionaron. Más allá de esto, adentro el clima entre los jugadores fue el mejor.

Tal como sucedió con algunos partidos amistosos que se disputaron en el verano, la organización dispuso para esta oportunidad un Tercer Tiempo entre los jugadores de Talleres y Belgrano. Con el gobierno provincial involucrado a través del Ministerio de Desarrollo Social y el grupo de la Fundación Pueblo Rugby como mentor, el escenario elegido fue uno de los gimnasios del Mario Alberto Kempes; pero la logística demostró algunas falencias que provocaron el enojo de periodistas y fotógrafos.

Finalizado el partido, los jugadores de Talleres no sabían dónde tenían que ir, algunos del plantel de Belgrano ya estaban arriba del colectivo para partir, los periodistas se enteraron que para ingresar al improvisado VIP necesitaban unas “cintitas” determinadas y los fotógrafos miraban inquietos el reloj porque los esperaban en las redacciones. En la puerta, los responsables de seguridad impedían el ingreso y miembros de la fundación argumentaban que “los jugadores habían pedido intimidad” para estar solos antes del ingreso de la prensa. Entonces, desde afuera -acrílico mediante- se escuchaba la música electrónica mezclada con un breve discurso del ministro de Desarrollo Social, Daniel Passerini, y la respuesta con unos tibios aplausos.

Culminada la espera, se abrieron las puertas, y adentro los referentes de Belgrano, Juan Carlos Olave y Guillermo Farré, hablaban con miembros de la fundación; mientras que a escasos metros, el plantel de Talleres se distendía en el living. Y hacía allí iba Gonzalo Klusener, el goleador que en el partido se había cruzado feo con Olave, pero que ya más distendido reconoció ante PODIO: “Es muy lindo el Tercer Tiempo. Es una buena iniciativa, nos podemos pelear, pero queda ahí. Compartí eventos con él (por Olave) y sé que es buena gente”.

Desde la otra vereda, Farré aprovechó la ocasión para dejar un buen mensaje: “Está bueno que se implemente para demostrar que el fútbol es pasión pero no violencia. No dejamos de ser colegas afuera de la cancha”. En tanto, el presidente de la Liga Cordobesa y director de la Agencia Córdoba Deportes, Emeterio Farías, se limitó a señalar: “Todo lo que se haga para unir, me parece bárbaro”.

La experiencia es buena, pero faltan detalles de los propios protagonistas como así también de la organización, para lograr una tradición que en el rugby lleva décadas.