Clásico de hermanos. Iván y Benjamín son gemelos. Tienen seis años y viven en Liceo. Uno eligió ser de Talleres y otro de Belgrano. Nunca fueron a la cancha y sueñan con estar en el Clásico. Historia de amor y fútbol.

Iván y Benjamín tienen nombre. Pero se llaman Belgrano y Talleres. O Talleres y Belgrano. Así los reconoce la gente en barrio Parque Liceo 1º Sección. Son tan iguales que son distintos. Sólo la intuición de madre (Romina) y la personalidad de padre (Daniel) puede distinguir a uno del otro. El resto de los vecinos, sólo los reconoce por los colores de la camiseta: con apenas seis años, desafían la gravedad y juegan a la pelota. Porque todavía el mundo no les pesa. Y tampoco les importa si ser de Belgrano o de Talleres les traerá discusiones a futuro. Cuando irremediablemente crezcan.

Ríen juntos. Lloran juntos. Patean juntos. A veces gana uno. Y el otro pierde. Pero siempre tienen revancha en la cuadra del barrio.

Iván y Benjamín, de ellos se trata, son dos gemelos de apenas seis años. Que nacieron el 15 de julio. Y que toda su cortita vida ha sido vivida en Liceo. Junto a su papá Daniel y a su mamá Romina forman la familia Papalini. También junto a los abuelos: César y María Ester. Y por ahí también anda Agustina, su pequeña tía de nueve, que habla como si tuviera muchos más.

“Vení, vení. Ahora te los voy a presentar. Benjamín es de Talleres. Iván es el de Belgrano. Yo también soy de la T. Al de Belgrano no lo quiero tener cerca... Esperá que ahí viene mi mamá y te cuenta bien”, adelanta.

Es sábado a la tarde y en la calle Evaristo Carriego hay poco que contar. Eduardo, un vecino querido de la zona, hincha de la Gloria y radical de pura cepa, camina la cuadra y pispea que todo ande bien. En casa, sus hijos duermen. Como de costumbre. Y es el mismo Eduardo quien los ve venir correteando a los pibes. “Acá en Liceo nadie los distingue. Sólo sabemos cuál es cuál porque andan con la camiseta de Belgrano y Talleres todo el día”, cuenta.

Ahora, sus padres contarán la (breve) historia.“Primero, nos dijeron que era uno. Chochos todos. Seguramente iba a ser de Talleres si era uno, tenía que ser de Talleres, por la madre (la mira a su esposa). Después, la segunda ecografía ya eran dos (risas). Listo, ahí nomás. Uno y uno. Uno de Belgrano y otro de Talleres... Así fueron creciendo. Yo quiero que jueguen al fútbol. Todavía no van a ningún club. Cuando tengan siete los voy a mandar”, cuenta el papá, pirata de toda la vida. “He ido pocas veces a la cancha, pero nunca me crucé a otro bando. Siempre, perdiendo o ganando, siempre hincha de Belgrano. A pesar de las cargadas, siempre me la aguanté. Ahora es fácil y más lindo ser de la B. Ahora él, cuando tenga edad, irá a la cancha conmigo”, agrega quien es mecánico. Y sus manos así lo demuestran. “No vas a salir así en las fotos, Daniel, todo sucio”, lo reta su mujer.

“Los gemelos viven peleando. Esta mañana uno decía que Belgrano iba ganar 2-0 y el otro que Talleres 3-1. Todavía nunca han ido a la cancha. Y la idea es llevarlos, pero mi marido dice que no porque siempre hay problemas. El Iván es del papá y Benjamín es de la mamá”, se ríe Romi, que los mira orgullosa mientras corretean por la plaza de la primera rotonda de ingreso a Liceo, llamada Aureliana López Fernández. “Mi familia ha sido siempre de Talleres. De chica iba a la cancha de Talleres con mi tía Rosa. Todos, menos mi hermano Iván, que era de Belgrano”, cuenta Romina. “Decimos era porque lamentablemente Iván falleció a los 13 años. Por eso le pusieron ese mismo nombre a su hijo, en homenaje a su hermano”, acompaña la nona María Ester. Es el único momento que se apagan las sonrisas.

Luego, los gemelos se prestan para las fotos. Se abrazan. Se muestran las camisetas. Y sueñan con estar mañana en su primer clásico. Es que Iván y Benjamín tienen nombre. Pero se llaman Belgrano y Talleres. O Talleres y Belgrano. Y, claro, no son tan iguales. No tanto.

Los Piratas. Papá e Iván.
Daniel es el papá de los gemelos, y al igual que su hijo Iván, es de Belgrano. “Cuando sea más grande, lo voy a llevar a Alberdi. Vamos a ver si la mamá se anima a venir”, chicanea.

Los Matadores. Mamá y Benjamín.
Romina, junto a su hijo Benjamín, son los Matadores de la familia Papalini. “Iván es del papá y Benjamín es de la mamá”, se ríe Romi, que sabía ir seguido a La Boutique.

"El abuelo los quiso hacer de Instituto, pero no pudo".María Ester Vivas - Abuela de los gemelos
Así como ustedes los ven tan iguales a los gemelos, son muy distintos. Benjamín, que es el de Talleres, es más tranquilo que Iván. En cambio, Iván, que es el de Belgrano, es el intelectual. Aprende más rápido las cosas. Después, Benja es más sensible que Iván, que es más serio.

Para jugar, los dos son un desastre...Este año los dos van a ir al colegio Jorge Newbery, van a empezar primer grado. Mi marido, su abuelo, los quiso hacer de Instituto. Les quiso comprar la remera y todo. Pero no hubo manera. No se pudo. En fin, no son tan iguales...