Talleres jugó su peor partido del nonagonal y cayó 3-0 ante Unión en Mar del Plata. No dejó nada para rescatar, y el rendimiento preocupa, de cara a la promoción.

No hay análisis que pueda hacerse ante semejante caída. Inobjetable y al borde de la humillación. Talleres no puso ni las manos y se trajo una derrota dolorosa de la costa. Fue 3 a 0 ante el ignoto Unión, en un mundialista “José María Minella” que lució desnudo, casi sin público. Y de esta forma, siembra un panorama más que sombrío. Está instalada la sensación de impotencia y de inseguridad, de escasa confianza, para afrontar lo que resta del torneo, en la puja por la Promoción. Pero sin duda, parece haber equivocado el camino. Más que nunca. En el olvido quedó aquel equipo de sangre albiazul que ilusionó a su gente con un Talleres distinto, con juveniles, que nutrió de goles a barrio Jardín el miércoles pasado, ante Libertad. Los jugadores del club tampoco pudieron responder. No mantuvo la regularidad. Y por eso, Unión sacó provecho, fue dueño y dominador de las acciones, para propinarle al conjunto que dirige Gustavo Coleoni un baño de realidad.

La debacle. Sabida es la escasa resistencia que ofrece Talleres en calidad de visitante. Cada vez que sale de cada, regresa con dolores de cabeza. Sólo anotó una conquista (Adrián Aranda) en el nonagonal en terreno ajeno. Y ya perdió cuatro partidos en siete jugados. Demasiado poco para un equipo que se armó con aspiraciones de ascender y que termina perdiendo ante rivales sin historia ni pergaminos, exponiendo y dilapidando prestigio.

Gonzalo Klussener fue el verdugo. El asesino. En el primer tiempo, a los 39 minutos del primer capítulo, capturó un despeje de la defensa para colocar, desde afuera del área, el 1-0, con la pelota junto al palo derecho de Federico Crivelli. Y después en el complemento, se encargó de humillar a la última línea albiazul. El 2-0 llegó a los 14’, tras una jugada magistral de su autoría, poniendo en ridículo a varios defensores y eludiendo al golero, y minutos después, le concedió el 3-0 a Matías Arrúa, con una linda jugada individual. Arrúa casi no festejó el gol, toda una señal...

Lo que siguió después fue desesperación. Talleres casi no llegó al arco rival. No tuvo profundidad, su juego fue inconexo y ni siquiera con pelotas paradas pudo arrimarse al gol. Para seguir con las desgracias, el volante Emiliano Gianunzio tuvo que abandonar el campo de juego con una fuerte contractura, dejando a su equipo con 10 hombres, ya que las sustituciones permitidas habían sido concretadas. El “olé, olé” de los escasos 200 hinchas de Unión, en un escenario preparado para albergar a 45 mil, fue el colmo de lo vergonzante. El final llegó como un manto de piedad, porque la diferencia, pudo incluso ser superior.

El resultado de ayer deja en claro un plantel desmotivado y golpeado anímicamente, un cuerpo técnico en crisis, una dirigencia que no encuentra soluciones deportivas y una hinchada que lo sufre.

Síntesis

UNION (MdP) 3. Mauro Beltramella;Emanuel Urquiza,Maximiliano Herrera,Facundo Vega,Diego Freire;Juan Alessandroni,Santiago Sandoval,Damián Bastianini,Alejandro Aguirre;Matías Arrúa, Gonzalo Klussener. DT: Marcelo Zwicker.

TALLERES 0. Federico Crivelli;Guillermo Cosaro,Walter Ribonetto,Nicolás Trulls,González Barón;Nery Leyes,Emiliano Gianunzio,Sebastián Navarro,Claudio Francés;Fabio Alvarez,Claudio Riaño. DT: Gustavo Coleoni.

• Goles: PT: 39m. Klussener (U). ST: 14m. Klussener (U); 18m. Arrúa (U).

• Cambios: ST: Al inicio Cristian Zárate por Francés (T); 17m. Aranda por Alvarez (T); 20m. Díaz por Navarro (T); 29m. Collantes por Arrúa (U); 40m. Fagoaga por Aguirre (U) 43m. Felices por Klussener (U).

• Amonestados: En Unión: No hubo. En Talleres: Zárate y González Barón.

• Arbitro: Carlos Córdoba (Santa Fe).

• Cancha: Mundialista de Mar del Plata.