Tras la caída, el 1 asumió que el equipo se cayó en el complemento. A cambiar.

El regreso fue un poco más largo de lo imaginado porque la ruta estaba un poco cargada, había neblina y a ello se sumaba el malestar general por la derrota de la T ante Central Norte, en Salta por 2-1. Federico Crivelli, el arquero albiazul, aún siente la bronca por la caída y se mostró preocupado por la ausencia de un patrón de juego concreto en el segundo tiempo, cuando el equipo lució más desordenado, casi perdido.

Todos coincidieron que Talleres se quedó mucho, tuvo muy poca claridad y eso conspiró para sus aspiraciones en lo que fue un segundo tiempo para el olvido. De paso, esa etapa del partido, fue determinante para quedarse sin el pan y sin la torta.

“Nos volvimos con bronca. La verdad que nos venimos preocupados porque jugamos distinto un tiempo de otro”, declaró a Día a Día el arquero albiazul.

“Creo que jugamos 20 ó 25 minutos muy bien en el primer tiempo. Fuimos superiores y podríamos haber marcado más de un gol. Pero no aprovechamos un poco más esa etapa inicial”, recaló y reconoció que en el complemento el equipo se desdibujó: “En el segundo tiempo fuimos otro equipo, nos volvimos abajo psicológica y mentalmente. Si jugamos así vamos a tener muy pocas chances. Nosotros no lo supimos resolver, nos jugaron bien por afuera y corrieron bien el partido. Será imposible pelear jugando como lo hicimos en el segundo tiempo”.

Molestias internas. El arquero fue cauto al hablar de cuestiones íntimas del plantel, pero aclaró que si hubo diferencias en el campo de juego es sólo por cuestiones del partido.

“Cuando hay que reventar la pelota a cualquier parte hay que hacerlo. A veces, ciertas distracciones nos cuestan caro. No podemos generar faltas o perder pelotas que devengan en contragolpes o nos encuentren mal parados. Igual que en los centros hay que tratar de salir rápido del área. Estamos en condiciones de corregir y de revertir esto”, expresó Crivelli quien tras el empate de Central Norte recriminó un quedo a algunos de sus compañeros.

Pero, “son cosas del fútbol”, reforzó el golero quien cree que es algo que no va más allá de cuestiones aisladas y que son inherentes a los 90 minutos.

Consultado por el famoso “síndrome de visitante” que ha padecido Talleres en la temporada, el arquero lo relativizó. “Creo que habíamos hecho un primer tiempo muy bueno y un segundo tiempo muy malo. Lamentablemente nos empataron rápido. Nos desconcentramos y eso se paga. En el final me toco trabajar mucho. Gracias a Dios pude salvar la mayoría, sino hubiese sido un golpe anímicamente peor para el equipo”, concluyó el arquero.