Riaño anotó tres tantos y el líder albiazul goleó 5-1 al Celeste. El atacante llegó como cuarto delantero y hoy es el goleador con 8 tantos. El Fondo de Inversión gestiona comprar la mitad del pase del pibe de 22 años en 150 mil dólares.

La lluvia, disparador de recuerdos, adornará por siempre la noche soñada de Claudio Riaño. El agua como el barro son épicas para los pibes que como él salieron de un potrero y que siempre soñaron con conversiones determinantes y estadios con grandes marcos.

Esos goles anónimos para los que no había una repercusión mediática sino familiar, tenían un valor agregado: la victoria había tenido un grado de dificultad y le daba otro sabor al premio del sandwich y “la coca”. Que es por lo que se juega cuando se es chico.

Llegaba mojado, pero feliz. Riaño supo de eso de pibe. Allá en la avenida Fuerza Aérea donde jugaban el torneo de la Quilmes por el que acertó a pasar Sebastián Viberti, hace varios años, y le propuso llevarlo a Deportivo Lasallano, que fue el inicio de su carrera.

Y ahora, ya de profesional, el delantero también degusta victorias con valores agregados. El propio Viberti, su descubridor, es el mejor testigo. Anoche también fue testigo de los tres goles que determinaron el 5-1 de Talleres a Estudiantes de Río Cuarto y que elevaron su cuenta personal a ocho.

“El Pelado”, como todo Talleres, festejó los tres goles, los que llevaron el partido del 0-1 al 3-1 y que entre Guillermo Cosaro y Mateo Martinelli dejaron en el 5-1 final. Un resultado que dejó en la anécdota el golazo de Nicolás Gatto y los otros que lamentó.

Era la noche de Riaño. El desvío al disparo de Agustín Díaz, el toque preciso tras un cabezazo de Rezzónico y una definición cansina para el pase gol de Pieters, polarizaron la atención. Hizo tres goles y le quedó cuerda para asistir a Cosaro en el 4-1.

Con cada conquista miraba a la techada buscando a mamá Leonor, a papá Carlos o su hermano, aquel al que acompañó en tiempos de sus tareas en el área prensa de... Talleres.

El club del cual es hincha y debió callar en su paso por Racing de Nueva Italia. Pero era su noche. La gente coreó su nombre, los defensores de Estudiantes soñarán un par de días con él y su historia en la “T” comenzará a agigantarse.

Llegó a principios de temporada entre la ida de Andrés Rebottaro y la llegada de Héctor Arzubialde. “Llegué como cuarto delantero y ahora soy el goleador”, dijo el pibe de 22 años.

“Estoy muy feliz por el triunfo del equipo. Luché día a día por esto y se dio todo muy rápido”, agregó Riaño. Cuando ingresó al vestuario fue felicitado por todos sus compañeros y él los retribuyó. “No es el trabajo de uno solo sino de todos. Sé que hay negociaciones por mi pase. Eso me pone contento”, cerró el pibe que firmó a préstamo por un año con una opción de compra del 50 por ciento del pase en 150 mil dólares.

Puntero. Riaño fue la figura de un nuevo capítulo de las zagas “Talleres puntero de la Zona 2”; “En Talleres cualquiera hace goles”; y “Hogar, dulce hogar”. A saber: la “T” llegó a los 29 puntos, al cierre de la segunda de las cuatro ruedas de la etapa inicial y le lleva 8 a Juventud Unida que hoy recibe a Racing. Ayer Martinelli se convirtió en el 15º goleador distinto que tiene la “T” en el torneo. Finalmente, el equipo albiazul lleva un año sin perder en el Chateau.