Fue 2-2 con Desamparados. La visita empató en el cuarto minuto de descuento y el DT ve parir “un nuevo equipo” por las lesiones.

“Son empates que duelen... Estamos armando un nuevo equipo”. Un par de frases del entrenador de Talleres, Héctor Arzubialde, alcanzan para definir las sensaciones tras el 2-2 ante el buen Desamparados de San Juan. Es que, en circunstancias normales, debió haber sido 2-1 para el equipo cordobés, que mantiene su condición de puntero de la Zona 2.

Juan Pablo Rezzónico fue más gráfico todavía. “Somos unos pel...”, fue la frase que deslizó mientras se iba al vestuario, en busca de una ducha que terminara con el calor asesino que hizo que se jugara con una sensación térmica de casi 40 grados en la cancha y que, con el 2-2 consumado, puede haber subido hasta 60, por la bronca.

El estado de ánimo alcanzó a varios hinchas. Uno de ellos, en una reacción desmedida, insultó Walter Ribonetto y eso derivó en la réplica del defensor antes de meterse en el túnel. El resto, los casi 14 mil (11 mil pagaron y el resto fueron socios) que dejaron una recaudación de 170 mil pesos, aplaudieron a la “T”.

Igualmente, para “Arzu”, el empate que “duele” invita al análisis de por qué el equipo tuvo y tiene un comportamiento futbolístico irregular.

Las virtudes de Talleres están intactas. El poder de gol y la capacidad de leer el partido de algunos jugadores son indiscutibles. Logró el 1-0 en uno de sus primeros aciertos y el 2-1 ahí nomás del empate de Desamparados. Lo cual es una excepción en el fútbol de hoy.

Pero Talleres no supo cuidar el triunfo parcial. En el 1-1, el equipo jugó al fuera de juego, quedó enganchado Adrián Aranda, y Santiago Ceballos hizo el gol. Luego del 2-1, Talleres dejó que las pelotas del final las administrara el mejor rival: Matías Garrido, a quien le hicieron un foul en la puerta del área, que el mismo tradujo en un golazo.

El que ataca. Con los dos tantos de ayer, Talleres llegó a 23 y alcanzó a Guillermo Brown de Puerto Madryn (el líder Zona 1), en el puesto del más goleador del torneo. Son poco más de dos goles por partido. Y los ha concentrado en 12 jugadores distintos: Riaño llegó a 5, Sacripanti, quedó en 4; Pereyra, 3; Cosaro 2; Aranda, Aballay, Cejas, Pieters, Ribonetto, Anívole, Ruiz y Gianunzio. Ocho de ellos fueron titulares ayer.

Ayer llegó al gol justamente, el ex Aldosivi, después de una de las pocas pelotas que tuvo Pieters y jugó con gran criterio, luego de fabricarse el espacio para quedar solo. Un momento favorable que arrancó a partir de Ignacio Anívole, inteligente para desbordar, preciso para dar el pase que el delantero necesita para convertir.

Después Claudio Riaño, hizo el 2-1 y antes le habían cometido un penal, que no sancionaron. Pero dispuso de chances para anotar alguno más. No alcanzó. Y ya es el segundo partido que convierte dos y la “T” no gana (2-3 con Juventud Unida de San Luis con “los penales” del juez Marcelo Aredondo) y 2-2 de ayer. La relación entre las situaciones de gol que creó y lo que convirtió no fue la ideal, hecho reconocido por el propio DT, lo mismo que el poco fútbol que mostró.

El que defiende. “Al no definirlo, tuvimos que depender de las últimas pelotas. ¿Que hicimos dos goles y otra vez no alcanzó? Lo de San Luis fue una excepción. Y lo de hoy (por ayer) fue una situación de equipo. No hay que achacarle a los defensores cosas que son de equipo. La defensa trabajó al límite. Podría haber apostado a algo más defensivo, pero aposté a Díaz para manejar la pelota y a Gianunzio por la derecha”.

“Arzu” le sacó responsabilidad a la última línea, pero lo que está en discusión es cómo defendió el equipo. Además de cómo se marcó en los goles (en el 2-2 cedió un tiro libre desde una posición inmejorable), muchas pelotas se perdieron en la salida misma y el rival se dio cuenta.

Además, Garrido ganó la banda derecha y luego empezó a tirar diagonales, a las espaldas de Monay. De-samparados también aprovechó cuando Gianunzio se corrió a la banda. Sin embargo, lo más grave fue que nadie de la “T” se hizo cargo de la pelota en el puñado de minutos que fueron desde el 2-1 hasta el final.

El nuevo Talleres. “Arzu” habla de un nuevo equipo. Las lesiones lo condicionan Ayer, por caso, Monay jugó pese a tener problemas estomacales, como Pieters había jugado afiebrado en San Luis y ayer tuvo que dejar la cancha al amanecer del complemento. ¿Más? Cosaro se acalambró y debió ser reemplazado y Ruiz superó sobre la hora problemas musculares.

“Estamos armando otro nuevo equipo. Por eso la búsqueda del volante derecho”, contó “Arzu”. Ahí está parado Talleres. Es mortal arriba, pero vulnerable en la marca. Y lidiando con las lesiones. De ahí tiene que salir. El DT ve parir otro equipo. “No se conseguirá de un día para otro. Como al principio”, advierte. Será un desafío.