Talleres recibe a Racing en el arranque del Torneo, a las 16, en el Chateau. Federico Crivelli y Raúl Sanzotti, los arqueros de ambos equipos, calientan la previa de un choque clave, ahora por los puntos. Por eso, no es un domingo más.

Puede que esté loco. Puede que sea un bicho raro. Pero, más allá de eso, Federico Crivelli tiene eso de los que miran la vida con una perspectiva no convencional. El arquero de 28 años que llegó a la T como refuerzo para la presente temporada habló con Día a Día y mostró su entusiasmo por encontrarse ya en Córdoba.

“Ya se acabó todo, no quedan excusas. Hicimos la pretemporada y jugamos la Copa Córdoba. Ahora nos toca jugar, ya hicimos los preparativos y estamos de la mejor manera, con las máximas expectativas para poder darle una alegría a la gente en un estadio que estará colmado”, se esperanza el 1 de la T. Mucho tuvo que ver su participación que hoy esté en el club. “He tenido que luchar mucho para venir a Talleres. Por suerte se dio y se acabó todo ese tema. Estoy muy contento y agradecido a la gente que confió en mi”, destaca Crivelli.

Y eso de señalarlo como un bicho raro, como un tipo que tiene sus particularidades, quizás residan en sus sueños de rockero que lo alimentan constantemente. “Siempre estarán los que quieran estar”, dice una de las frases de la canción Sueños de Mendigos, del grupo Las Pelotas. Justo en el antebrazo, allí Crivelli terminó de tatuarse tales palabras que se acompañan de una estela de estrellas. “Simbolizan cada una con su respectivo color a mi viejo, hermanos, sobrinos y a la gente que está entre mis afectos como mi novia. Voy agregando estrellas a medida que nacen mis sobrinos”, rememora con cierta nostalgia amontonada en sus palabras.

Fan del rock, con estilo particular, el 1 de la T tiene más para contar algo más acerca de su camiseta. “Hace mucho tiempo que tengo mis propios diseños. Mi primo Carlitos Pereyra me armó una caricatura mía, volando en el aire y simboliza el número uno en el pantalón y en la espalda”, recalca.

Crivelli parece que es un personaje bastante particular, sin embargo vuelve a enfocarse en lo que pueda llegar a pasar en la tarde de hoy, cuando le toque defender el arco albiazul ante Racing en el Chateau. “Talleres, realmente es un grande. La gente no me conoce mucho y, por la calle, ves el fanatismo de los hinchas, las camisetas por todos lados. Es una motivación importante. Lo único que nos queda es jugar y ganar”, finaliza, pensando que la historia de esta tarde puede ser la suya.

Raúl Sanzotti: Racing llega muy bien a este partido. S e trata de sentirlo muy adentro. Quizá de nada sirve ponerles palabras y el único secreto sea vivirlo con intensidad. Para desmoronar aquella simplista idea de que los años matan las emociones. Y Raúl Sanzotti, el arquero del Racing que comanda Marcelo Bonetto, es el ejemplo más claro. Carga con 35 años y una dilatada trayectoria con varios clubes sobre el lomo y con la experiencia más que necesaria para sumar a un Racing que necesita sacarse la costumbre de permanecer en esta categoría. Sin embargo, a pocas horas del clásico ante Talleres, el portero lo vive a pleno, pensando en que el nerviosismo no le gane, aunque dejándose llevar por ese escozor que provoca un partido de estas características.

“Siento mucha adrenalina. La misma que tuve cuando arranqué a jugar y a disputar partidos importantes. Si no sentís eso, te tenés que retirar”, dispara sin anestesia, ante Día a Día todavía con la voz espesa de una siesta merecida. Eso también hace advertir que está lejos de dejar el fútbol o, más bien, que tiene cosas por dar, cuentas para seguir saldando. “Con los años uno va trabajando las ansiedad previas a este tipo de partidos. Uno sabe que la responsabilidad es muy grande pero con los años, vas aprendiendo a encontrar la tranquilidad”, agrega el arquero que estuviera en Belgrano en la temporada 03/04.

Con el partido ante Talleres asomando en la esquina, el 1 que fue pedido por Bonetto para ocupar el arco, reflexiona: “Nos preparamos de la forma que teníamos que hacerlo. En ese sentido no nos podemos reprochar nada, nos enfocamos en todos los detalles y ojalá que ese trabajo se vea reflejado dentro de la cancha”. Sanzotti cuenta que está tomando unos mates. Toma un sorbo y se anima a imaginar cómo puede funcionar el equipo. Para ello, desde la concentración en Villa Carlos Paz, se disfraza de periodista deportivo y lanza algún que otro concepto: “Al equipo lo veo muy bien. Tenemos variantes en mitad de cancha que puede desequilibrar y variantes, todos en un mismo nivel. Ello puede ser importante a la hora de buscar los partidos”, sostiene con el bullicio que se filtra en la línea telefónica.

Sin embargo, Sanzotti no desconoce el rival que tendrá enfrente la academia. Y de su boca se desprenden conceptos hacia los de barrio Jardín. “El rival de mañana (por hoy) es un grande de la categoría y de Córdoba. Tiene muy buenos jugadores y pueden dar pelea, pero nosotros pensamos en lo que podamos desarrollar como equipo. Llegamos muy bien pero hay que tener en cuenta que el rival tiene sus virtudes y también juega”, dice con la lucidez que tiene para leer y anticiparse a un mano a mano.