Héctor Arzubialde. "Me voy conforme y tranquilo porque jugamos un partido digno, pero milagros no se pueden hacer", dijo el técnico albiazul

Héctor Arzubialde, quien en la gélida tarde de ayer hizo su debut "oficioso" como DT de Talleres en la Copa Córdoba, se tomó con tranquilidad y con un sesgo analítico la caída por penales ante Estudiantes de Río Cuarto.

"Me voy conforme y tranquilo porque jugamos un partido digno. No sé si la gente se esperaba otra cosa, pero sólo llevábamos una práctica y media de fútbol antes de este cotejo y en sólo dos semanas de trabajo. Milagros no se pueden hacer, pero para el 28 de agosto vamos a llegar bien", comentó el entrenador albiazul ni bien enfrentó al periodismo.

"Los hinchas tendrán que comprender que ésta sólo fue una primera versión del equipo y que de ahora en adelante el equipo comenzará a crecer. Eran muchos los temores que tenía antes del partido, porque desde lo físico venimos en una etapa totalmente diferente a Estudiantes, que viene trabajando con más antelación", prosiguió.

Puesto a analizar en detalle el juego, el ex técnico de Gimnasia y Esgrima de Jujuy subrayó: "Estudiantes fue superior en los primeros 15 ó 20 minutos, pero luego lo equiparamos con esfuerzo y orden. Intentamos con Agustín Díaz tirado para adentro, pero nos quedaba desequilibrado el carril izquierdo. Tratamos de corregirlo con un pibe de 18 años (por Claudio Francés) y lo hizo bastante bien".

A propósito del juvenil mediocampista, Arzubialde indicó: "Trabajó bien, llegó al fondo en un par de ocasiones y me gustó su personalidad al pedir patear el tiro libre que dio lugar a nuestro gol. Pero es un pibe y hay que llevarlo de a poco. En ese puesto tiene delante a (Mateo) Martinelli y (Ignacio) Anívole, que son jugadores con más trayectoria".

Finalmente, el DT consignó: "El partido me sirvió para observar a varios jugadores, ya que algunos de ellos no habían jugado nunca juntos. Pero es cierto que nos sigue faltando un jugador diferente, que nos dé más juego. En esta categoría, si no se tiene juego, se es uno más".

El dolor de Requena. Al arquero Leandro Requena no había cómo quitarle la amargura. Había sido la figura del equipo en el primer tiempo, con cuatro contenciones decisivas cuanto Talleres no hacía pie ni en la cancha ni en el juego. Pero ese error al salir a cortar el tiro libre que originó el empate del Celeste, a los 29 minutos del complemento, lo bajoneó.

"Fue mi culpa. Me confié porque venía descolgando bien todos los centros. Y la brisa, o no sé qué, me jugó una mala pasada cuando salté a buscarla. Para colmo, estuve a punto de atajar un par de penales y no se me dio", comentó el cuidapalos albiazul, que no tenía consuelo.

"Para mí este partido era como la final de la Copa del Mundo. El técnico me quería ver. Espero que, más allá de ese error, lo haya conformado", concluyó Requena, mientras algunos de sus compañeros se acercaban para darle su aliento.