Dos distracciones le costaron caro a la "T". No alcanzó el esfuerzo final.

No era casualidad el invicto de local de Deportivo Maipú. No había llegado a los 48 partidos siendo un dechado de virtudes, pero tampoco lo había hecho de casualidad. Lo único que debía hacer Talleres, en una cancha chica y poceada, era evitar las pelotas detenidas cerquita de su área, en esos primeros minutos en los que el local suele ir para adelante a como de lugar.

Pero en el amanecer del partido, el equipo de Roberto Saporiti concedió tres chances a su rival: un córner y dos tiros libres. Y la tercera fue la vencida: a los 9 minutos, Landa Garza impulsó el balón con pierna cambiada y Bernay estableció el 1 a 0.

No escarmentó Talleres. Las faltas se siguieron sucediendo al tiempo que fue apareciendo el fútbol de Maipú con la sociedad Landa Garza-Reynoso. En uno de esos encuentros, el delantero exigió, también de cabeza, a Giordano, quien alcanzó a manotear la pelota para que diera en el travesaño. La mente no respondía, el músculo tampoco, pero sí los nervios. Lussenhoff, enojado porque no le habían dado un penal, recibió la amonestación y debió irse expulsado tras un foul al enganche local que el árbitro le perdonó. “El Colorado” también le había cometido un claro penal, ignorado por el juez, a Labaké.

De fútbol, poco y nada. Apenas chispazos de Sanjurjo y Anívole. Maipú, viendo que con sólo tirarla al área rival podía llegar a anotar nuevamente, no dudó. Y sobre el final del primer tiempo, otro tiro libre le significó una ventaja tranquilizadora. El centro frontal de Rodrigo Zapata encontró libre de marcas a Reynoso, quien marcó el 2 a 0.

Cambió, pero no le alcanzó. En el segundo tiempo, Saporiti apostó a Ramiro Pereyra y Agustín Díaz. Un tiro de Moreira Aldana, que exigió a Ríos, pareció encender una luz de esperanza. Pero la bola de nervios que era Talleres se llevó a Julio Buffarini, expulsado por foul a Zapata. La gente, que hasta ese momento había alentado, entró a jugar el partido menos aconsejable: 50 de los mil hinchas de la “T” le tiraron piedras a sus pares de Maipú y cuando el referí detuvo el partido, todos los simpatizantes la emprendieron contra sus jugadores y el técnico Saporiti.

El partido estuvo suspendido por siete minutos y cuando se reanudó, pocas cosas cambiaron. Monay, en un borbollón, casi logra batir a Ríos. Un pase de Landa Garza encontró solo a Reynoso, pero lo tapó Giordano. Sin embargo, una mano de Labaké, en el área, le dio a Talleres la chance del descuento. Pero el penal ejecutado por Moreira Aldana, y su rebote, fueron conjurados por Ríos a los 33 minutos.

El impacto de errar un penal no frenó el avance de Talleres. Y a los 43 minutos, Anívole aprovechó una distracción del fondo local para anotar el 2-1. Talleres dispuso de un adicional de 11 minutos para empatar. No le alcanzó. Con el recurso de mantener la pelota lejos de Ríos, Maipú logró mantener la victoria y un invicto impresionante, y dejó a Talleres otra vez perdido.