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El Talleres de Gareca y Garay versión 2007 recibe a Defensa y Justicia, a las 20.30, en el Chateau.

A la gente le gustan los regresos. Desde siempre. De hecho, para el cine es el principal argumento que se utiliza cuando se resuelve la realización de la secuela de una película exitosa.

En el mundo Talleres, no es nueva la idea. Pero no pierde vigencia. En este caso, el gerenciador Carlos Granero apeló a una fórmula cuyos mejores resultados se dieron en 1998, el año del último ascenso: El entrenador Ricardo Gareca y el enganche Diego Garay. "El Tigre" y "el Diego de la T", los apodos identificatorios para los hinchas.

Gareca ya registra tres etapas como DT albiazul. El primero le sirvió como trampolín para dirigir a Independiente en un currículum que apenas contaba con una interesante campaña en San Martín de Tucumán.

Garay, en tanto, llegó por primera vez desde Newell´s Old Boys, el club que lo había reclutado desde su San Francisco natal. Como no tenía lugar en Rosario, José Omar Reinaldi trajo al volante para Talleres en 1995.

Con Gareca en el banco (había regresado de Independiente) y Garay en la conducción del equipo, más los goles de Zelaya y el fútbol de juveniles como Cuenca Albornos, Villarreal, Astudillo, la "T" logró el ascenso. Luego ambos contribuyeron para mantener al equipo en Primera División y finalmente eligieron otros destinos para disfrutar del lugar que tenían en el mapa futbolístico. Garay se fue a Francia (antes hizo un golazo para ganarle a Belgrano en el Apertura '99). Gareca se fue tras ganar la Copa Conmebol.

El paso siguiente -el tercero de Gareca y el segundo de Garay- ya no fue tan feliz. El técnico sacó 8 puntos en 14 partidos, entre Apertura y Mercosur 2001. En ese período, Garay estuvo muy afectado por las lesiones musculares. "J.J." López, antecesor de Gareca, lo había usado como media punta o delantero.

Ahora, casi nueve años después del ascenso, Gareca y Garay vuelven a reencontrarse. Ylas exigencias no cambiaron. "No es ascenso o morir", dijo "el Tigre" en la pretemporada. "No soy el salvador. Entre este Garay y el que se fue, hay algunos años", se sinceró "el Diego", quien en el '98 tenía 23 años y ahora está apunto de cumplir 32.

El regreso de la dupla significa la apuesta más importante del gerenciador Carlos Granero, en el período más bravo de su gestión. El equipo completó un pésimo Apertura (19 puntos en 19 partidos) y en ámbitos judiciales, una jueza de control investiga supuestas irregularidades en el pliego licitatorio con el que su empresa ganó el gerenciamiento del club albiazul.

Granero llegó a decir que así no podía seguir más, pero sorprendió, sobre todo, con la incorporación de Garay. "Ayudaron algunos empresarios del club", dijo el gerenciador, quien ya replanteará la relación con Saint Etienne, el club francés que posee el 51 por ciento de Ateliers, por falta de compromiso.

Caras nuevas y viejos conocidos. Además de las vueltas de Garay y Gareca, habrá más caras nuevas en la "T" y otro reencuentro, esta noche ante Defensa y Justicia, por la primera fecha de la B Nacional. Debutarán el volante Pablo Mannara (ex Chicago) y el defensor Arnaldo Espínola (ex Huachipato y selección de Paraguay). Y de la cantera, Ramiro Pereyra tendrá su primer partido.

Por último, Gareca se cruzará con un viejo conocido: Ricardo Rezza, DT de Defensa y Justicia, quien dirigió a Belgrano en aquella final de 1998 y también en el recordado 0-0 que selló la permanencia de ambos un año después.