El club de barrio Ituzaingó lleva adelante varias obras para ampliar su infraestructura. Y sueña con comprar un predio. Además, está cerca de ascender en LCF.

En barrio Ituzaingó está pasando algo. Hay un clima particular, una vibra que se siente en el aire.

Lo ven todos los que componen el club Cibi (Club Infantil Barrio Ituzaingó), que es el corazón de esa barriada. Un lugar donde hay sentido de pertenencia.

Y como dice su presidente desde hace seis años, Pablo Tello, lograron que hoy en la zona se vean más camisetas del Cibi que de Belgrano, Talleres, Boca o River.

Esta institución, que milita en la Primera B de la Liga Cordobesa de Fútbol, es dueña de una ilusión enorme: la de ser de Primera A, la de ascender.

Y ese sueño está muy cerca, ya que es gran candidato a lograrlo.

En el medio de todo ese crecimiento deportivo, hay también uno institucional. Con un empuje tremendo: los 94 millones 600 mil pesos que cobró este club tras un largo litigio con Talleres por la transferencia de Emanuel “Bebelo” Reynoso, un crack formado ahí, en las entrañas de barrio Ituzaingó.

Entonces, Cibi tiene hoy ambición deportiva y un sustento económico para crecer también en infraestructura.

“Estamos viviendo muy intensamente estos tiempos, disfrutando todos los sábados. Cada partido se vive con más ansiedad. Tenemos el sueño de que el club pueda ascender a Primera A de Liga Cordobesa. El grupo está unido, comprometido. Todos los jueves comemos un asadito como cábala entre la dirigencia y el plantel. Cada vez falta menos y hay una gran comunión. Yo estoy a cargo del club desde hace seis años. Alguna vez estuvimos en Primera A, pero fue efímero: al año volvimos a descender. En 2019 clasificamos al reducido y en cuartos de final perdimos con Lasallano. El barrio está ilusionado, la gente pasa por la secretaría y quiere comprar una camiseta, una campera. Acá en este barrio vas a ver muchas más camisetas del Cibi que de otros clubes. Hay sentido de pertenencia y la buena campaña ayuda. Ojalá que se nos dé”, le dice Tello a Mundo D.

Cibi encaró hace seis años un proyecto deportivo que tuvo a dos exjugadores poniendo alma, corazón y cabeza: Mauricio Fonseca (hoy DT de Primera) y Cristian Morales (entrenador de Reserva).

Ellos fueron los encargados de armar una base de jugadores jóvenes, mezclados con líderes de experiencia. Así se gestó este equipo que ilusiona a todo un barrio.

“Cuando yo agarré el club, ese año se retiraban dos chicos mayores, que eran Mauricio Fonseca y Cristian Morales. Les pedí que tomaran el fútbol. Este presente es puro y exclusivamente de ellos, que se encargaron de armar el equipo. Vale aclarar que en el Cibi no les pagamos a los jugadores, sí acompañamos para hacer los trámites de la Liga, que son caros y con lo que se pueda ayudar. De esa forma, se trajeron jugadores del barrio, de la zona. Tenemos un equipo bastante joven, con chicos de inferiores y algunos líderes. Todas las fechas debutan chicos en Reserva, que es muy importante porque van teniendo roce”, agrega Tello.

Cibi compite en inferiores con línea A y B en Liga Cordobesa. También tiene escuelita. Y, en total, son 800 jugadores en todas las divisiones. Hay presente y también futuro.

En agosto de este año, Talleres anunciaba que cumplía con el fallo de abril pasado por el que el Tribunal de Arbitraje Deportivo Internacional (TAS, por su sigla en inglés) le ordenaba el pago de 810 mil dólares más intereses del cinco por ciento anual y costas a Cibi por la venta del 20 por ciento del pase del jugador Emanuel Reynoso a Boca, fechada del 25 de enero de 2018.

En esa primera operación, el club de barrio Jardín transfirió el 60 por ciento por “valor de 4.050.000 dólares” y, luego, le dio opciones para comprar el 40 por ciento restante en función de los objetivos deportivos que “Bebelo” podría cumplir en Boca.

Cibi inició un reclamo por esa primera operación, el TAS falló a su favor el 27 de abril pasado y Talleres cumplimentó el pago.

Ahora, ese dinero está siendo invertido en obras: están levantando una tapia de casi 400 metros que cerrará todo el predio, construyeron una nueva secretaría, remodelaron todos los baños del estadio, realizaron obras de cloacas y agua, y renovaron todos los portones del club.

Y vienen más obras: dos canchas de fútbol 11 de césped natural con riego, una cancha de césped sintético y dos canchas de pádel. Más un sueño: comprar un predio para ampliar la oferta deportiva y sumar más disciplinas.

“Hoy el club está bien, estamos a full con tantísimas obras. De la pandemia salimos mal, como el 99 por ciento de los clubes de la Liga. Sufrimos más de 27 robos. No dejaron ni un inodoro. De los ocho baños, se robaron todo. No nos dejaron nada. Después de la pandemia, tuvimos que empezar un plan de reconstrucción, con el apoyo de mucha gente que confió en nosotros. Después se nos dio la posibilidad de esto que venimos luchando hace cuatro años, del reclamo que hicimos en el TAS por ‘Bebelo’ Reynoso. Cobramos 94 millones 600 mil pesos. Y seguimos litigando con Talleres. Nosotros sí pagamos todas las deudas: entre ellas, 28 millones de pesos de abogados. Para ir al TAS también tenés que pagar una plata importante, cerca de 60 mil dólares. Tuvimos que pedirla presentada y estamos haciendo el trámite para devolverla”, expresa Tello.

Y agrega: “Hoy el club se encuentra con toda la documentación al día, en el IPJ, en AFIP y en bancos. Estamos muy contentos porque el mayor logro que pudimos hacer en esta pandemia fue abrir espacios deportivos y que hoy el club esté lleno de chicos. No solamente en fútbol, que tenemos línea A y B, con todas las divisiones armadas y unos 800 chicos. También tenemos un vóley mixto, que empezó con 10 nenas y hoy tiene 60. Tenemos hockey de juveniles y mayores. El boxeo ya estaba en funciones, con 80 chicos y chicas. Empezamos desde cero el proyecto de fútbol femenino, que también comenzó con siete jugadoras y hoy tenemos más de 60. También hay patín artístico, y todos los días se abre una actividad nueva. El salón del club está ocupado de lunes a lunes, a las 9 de la noche todavía hay actividades. Tenemos un club lleno de chicos y chicas todo el tiempo, con una gran vida. El desafío nuestro es montar la infraestructura para desarrollar las actividades, porque hoy contamos con los recursos”.

A la hora de repasar las obras que se llevan adelante, Tello quiere remarcarlas una a una, dejando claro que el dinero recibido será bien invertido, para cambiarle para siempre la cara a Cibi.

“Tenemos cinco cuadrillas de personas trabajando actualmente en el club. Como primera medida, tratamos de generar una usina de trabajo para la zona, para la comunidad. Estamos levantando una tapia de casi 400 metros, que es el cierre de todo el predio del club. Hicimos una obra en todos los baños, completando la obra de cloacas, que era muy necesaria. El club cumplió 40 años en 2021 y estaba todo detonado, nunca se había hecho nada al respecto. Tuvimos que hacer todo nuevo: cloacas, agua, y compramos 500 metros de cerámico para hacer los seis baños, todo a nuevo. Tenemos una cuadrilla de herreros trabajando, para cambiar los portones de ingreso al salón principal, con rampas de ingreso nuevas. Ahora empiezan a trabajar en los portones de la cancha número uno. Hicimos la secretaría nueva y la cabina de guardia. Montamos también un sistema de cámaras de seguridad y tenemos guardia, porque nos robaron tanto que lo necesitábamos. Las 24 horas, el club está monitoreado. Estamos a full”, remarca Tello.

Los sueños y objetivos de Cibi no se detienen. Siguen proyectando, para darle un cambio rotundo a la institución.

“Ya cerramos contrato con una fábrica de canchas de pádel, para hacer dos canchas de vidrio. Y cerramos con una empresa de parquización para hacer dos canchas de fútbol 11, de 100 metros por 65, con riego y césped natural. Las canchas ya están pagadas. La idea es hacer la cancha número uno del club de sintético. Estamos en tratativas y en reuniones. Tenemos la plata guardada para hacerla, en plazo fijo. Obviamente estamos llevando una pelea muy desleal con la economía, porque la plata se va de las manos. Uno proyecta la obra, vas al corralón y vamos comprando material por adelantado, porque todo va aumentando. Hoy entrás al Cibi y encontrás cajas de cerámica, bolsas de pegamento, cemento, caños, chapas, fierros. Hay gente laburando todo el día. La única obra que no se empezó fueron las canchas, porque estamos jugando y entrenando en ellas. Tenemos problemas de espacio, porque tenemos muchos chicos y falta lugar. Estamos viendo de comprar algún predio o terreno para agrandar el club. Eso lo estamos evaluando, es un sueño. Nosotros somos unos locos que ya estamos pensando en lo que vendrá”, completa Tello.

En el medio, sigue adelante un litigio con Talleres por la venta del 40 por ciento restante del propio “Bebelo” Reynoso, que Cibi espera cobrar en 2022.

Ese dinero será otro ingreso fuerte para seguir proyectando.

“Estamos en el TAS con la segunda parte del conflicto, que sería por el 20 por ciento del 40 por ciento del pase que le quedaba a Talleres, que le vende a Boca días antes de que ‘Bebelo’ se vaya a Minnesota United de Estados Unidos. Es otra plata importante. No te puedo dar el número exacto, porque el contrato no lo tenemos. Intimamos a AFA y a Agremiados para que lo muestren. Nosotros no reclamamos cosas a lo loco, queremos ver los papeles. Hemos entablado una muy buena relación con Boca. Eso seguramente se podrá resolver el año que viene”, se entusiasma Tello.

Además, el club tiene otro muy buen proyecto en San Lorenzo de Almagro, a la espera de ser un fruto que florezca a futuro. Se trata del delantero Iván Martín, categoría 2006, por quien tienen un convenio firmado con el Ciclón.

“Tenemos un chico 2006 en San Lorenzo de Almagro que se llama Iván Martín y es delantero. Es una gran promesa y tenemos firmado un convenio. En Belgrano también hay un par de chicos. Pero el más prometedor parece ser Iván. De los 800 jugadores que tenemos en el club, no todos serán cracks y llegarán. Pero queremos que se ilusionen, que estén en el Cibi y no en la calle. Que hagan vida de club. Es lo mejor que nos puede pasar a todos y a todo el barrio”, cierra Tello.

En barrio Ituzaingó está pasando algo. Solo basta con pasar frente al club Cibi, que no para de crecer.