Desde su estreno pasó a ser “el Hacha” Bertola, porque tenía el pelo largo como el gran Luis Ludueña. Romero lo hizo quedar en el semillero.

Ese 21 de febrero de 1993 fue todo para Carlos Ariel Bertola. Durante mucho tiempo. Fue el día en que la historia del pibito que la hacía de goma en los potreros de Villa El Libertador y de Santa Isabel ya no volvería a ser la misma. Le pasaron muchas cosas en una vida que lleva 44 años, pero ese día lo relata de memoria.

Desde ese día pudo decirle “gracias” a su viejo que lo había llevado de San Lorenzo de barrio Las Flores, donde había jugado de los 9 a los 14 años, a Talleres. Desde ese momento, “Carlitos” también pudo darle un abrazo gigante a Miguel Antonio Romero. “Usted tenía razón “, le decía a “la Wanora”, el goleador de todos los tiempos de la “T”, cuyo ojo clínico no dejó escapar a ese jugador y lo hizo firmar en Talleres. “Fue por un puñado de pelotas. Así se hacía en esos tiempos. ¿Se acuerda, Miguel?”, le recordaba cada vez que lo veía hasta que “la Wanora” se fue de gira hacia un cielo futbolero y albiazul. Ese 21 de febrero de 1993, Bertola o “Bértola”, para relatores de radio y de TV, tuvo su debut profesional con la camiseta de Talleres, en el viejo Chateau Carreras y contra Platense.

Entrá, pibe

Llegar a jugar ese partido fue inverosímil para Bertola. “Estábamos en la tribuna de la Boutique el día previo al partido con otros compañeros de la cuarta división. Mirábamos la práctica de la primera cuando Juan Carlos Ruiz Díaz se lesionó. Ahí me llamó el PF de (Humberto) Grondona. Me hizo señas de que bajara. Y me dijo que fuera a casa a buscar ropa porque iba a concentrar”, contó Bertola.

–¿De la tribuna al debut?

–Literal. Concentramos en el Portal del Lago. Me llevaron en el colectivo. Teníamos ropa flamante. Me tocó concentrar con Adrián Avalos. Luego se agregó Norberto Ortega Sánchez. Imaginate. Lo habíamos visto por tele...

–Y entraste...

–Sííí... Tenía 18 años. Grondona me dijo: “Pibe, entre. Si está acá, es porque se lo ganó”. Tiré una pared con Benítez y saqué el centro que casi se le mete al arquero de Platense. Después tuve otra chance y definí mal. Estábamos perdiendo 1-0 y no pudimos empatar. Fue el único partido que jugué en ese torneo. Ahí me pusieron “Hacha” o “Hachita”. Usaba el pelo largo y por eso me habían puesto así, como el apodo de Luis Ludueña. Era muy flaquito, morocho, y salido de San Lorenzo. Pesaba 61 kilos, así que más que “Hacha” algunos me llamaban “Hilacha”, ja. Pero me quedó “Hacha”, que para mí fue un honor.

–¿Fue duro llegar?

–Nunca fue fácil en los clubes de Córdoba. En mi caso, salí de la cuarta. Pero debía demostrar ante Coloccini, Rivarola, Fornero, Kesman, Rivadero. No era sencillo bancarse los patadones. Recién tuve continuidad tiempo después.

A partir de ese día fue “el Hacha” Bertola para siempre. Sufrió el descenso de ese año; luego, disfrutó el ascenso de 1994 con el gran Daniel Willington, volvió a jugar en Primera, volvió a irse al descenso, se le frustró un pase a Independiente, luego conoció a Fassi que lo contrató para Pachuca y, luego, lo prestó a un club de ascenso mexicano, anduvo por Olimpo, Racing de Nueva Italia (subió a la B) y Ecuador.

“Todo empezó a partir de aquel día del estreno. Soy un tipo agradecido del fútbol y de quienes me ayudaron. Tanto en los buenos momentos como en los malos. De Juan Ramos, de Willington, y de Marchetta también me acuerdo. Siempre me priorizaron”, comentó quien también fuera representante (tuvo a Gabriel Carabajal) hasta alejarse del fútbol.

Con un gran amigo

Ahora, las gracias son para el doctor Marcelo Buschiazzo, quien lo puso al frente del complejo Miniseniors, donde trabaja desde hace un tiempo y recibe el reconocimiento de quienes lo vieron jugar.

“Lo conocí en el torneo de fútbol del Colegio de Abogados, donde todavía juego. Compartimos el sueño que es este predio que queda en Villa El Libertador. Iban a ser sólo dos canchas y este loco hizo seis más, un complejo genial. Me dio su confianza y me tiene muy bien. No hay personas así”, cerró Bertola. Un agradecido.

El texto original de este artículo fue publicado el 26/01/2020 en nuestra edición impresa.