Hace 20 años, la “T” se coronó campeón de la Conmebol, único título internacional del fútbol cordobés. Maidana, Díaz, Sotomayor, Pino, Gigena y Del Sotto lo rememoran.

“No nos dábamos cuenta de lo grande que sería ganar esa Copa Conmebol el 8 de diciembre de 1999”, dijeron Julián Maidana, Víctor Sotomayor, David Díaz, Cristian Pino, Darío Gigena y Santiago Del Sotto, quienes se llegaron a la sede de La Voz para hablar del título que hace 20 años logró el plantel de Talleres conducido por Ricardo Gareca.

“Rescato el grupo humano. Cuando existe un grupo humano así, tenés la base para ganar un título. Así pasó con nosotros. Perdimos en Bolivia y en la primera final con Alagoano. Nos sobrepusimos. Estábamos convencido que íbamos a ganar. Era imposible que no lo hiciéramos. Gareca también lo manejó bárbaro a la hora de armar los equipos, de dosificar las cargas”, arrancó Julián Maidana, gran referente de ese equipo y quien marcó con un cabezazo el 3-0 que a Talleres le permitió dar vuelta la serie contra el equipo brasileño que en el juego de ida había ganado 4-2.

“Había experiencia, buen pie, goles y un buen grupo, sobre todo. ¿Sabés por qué se hace hincapié en eso? Porque cuando perdimos la primera final, nos juntamos todos alrededor de la pileta y nos comprometimos a ser campeones. Estábamos convencidos. Así fue. Quedamos en la historia de Talleres y el grupo”, comentó Gigena, quien convirtió el 2-0 parcial y fue goleador albiazul en esa Copa.

“Era un plantel largo y competitivo. Más un cuerpo técnico, médico y de auxiliares importantes. Cada uno sabía qué debía hacer. Prometimos algo que nunca haría cada uno: teñirnos, ponernos un aro y un tatuaje, que aún tengo. Lo tuvimos que hacer, ja. Con gusto. En mi caso, me distinguió para siempre ya que me tocó surgir de las inferiores del club y vivir lo más duro para disfrutar de lo mejor. Cumplo años el 25 de setiembre, pero recibo más saludos el 8 de diciembre, día de la Conmebol, y el 5 de julio, por la final con Belgrano de 1998”, afirmó Díaz.

“Parece que hubiera sido ayer. Fue un título que costó mucho. Tuvimos que revertir resultados. Gareca hizo que cada uno supiera qué iba a hacer el otro. Con el correr de los años, di a conocer que era de Talleres, aunque jugué desde los 11 años en Instituto. Al club le estoy agradecido y me costó ligarme alguna puteada en el barrio por ser de Talleres. Cuando nos compraron a Instituto, a mí y a Maidana, no sabíamos que íbamos a Talleres. Al final fuimos campeones internacionales”, agregó Pino.

Santiago Del Sotto también dejó claro que tiene motivos para sentirse orgulloso del título, pero pudo más su sentido del humor. “Había mucha gente grande como Sotomayor, ja. Concentrábamos juntos y siempre me escondía el control remoto... Sabés lo que era sacárselo. Todo bien. Agradezco a Dios haber integrado ese plantel. Fue hermoso lo vivido y que lo sigamos recordando”, afirmó “el Pájaro”, quien era uno de los más pibes y que también surgió de la liga cordobesa entre los semilleros de Talleres y Unión San Vicente.

Sotomayor, quien es DT alterno de Gimnasia de Jujuy, le devolvió gentilezas a Del Sotto. “Santiaguito queridooooo. No aprendiste naaaadaaaa. Eras sordo. Ja, ja. Ahora, en serio, digo que se destacó el grupo. Convivimos con muchos planteles, pero éste era especial. Estaba compensado. Pero éramos rebeldes. Gigena y Astudillo eran una topadora, nunca se escondían; Maidana, líder por naturaleza; Pino, dejaba un surco; Díaz, Del Sotto, unas fieras. Todos hicieron su aporte. En mi caso, venía de ser campeón del mundo con Vélez. Pero este grupo tenía hambre y fue fácil insertarse. Lo de Gareca también fue bárbaro”, señaló Sotomayor.

El “Gracias” de los hinchas sigue formando parte del día a día de aquellos campeones, aunque ya estén retirados. Y modificó el lugar que tenían en el Mundo Talleres. Maidana dejó de ser el ex-Instituto y “el Cacique”, para ser el eterno gran capitán albiazul; Sotomayor, pasó a llamarse “Víctor Talleres”, algo que le dio más gloria a una carrera que ya se había enriquecido al ser campeón del mundo con el Vélez de Bianchi.

Y más. Díaz fue simplemente “el Negro jefe” que completó un triplete sensacional que le permitió sumar la Conmebol al título de 1998 ante Belgrano y al 5-0 de 1996 a la “B”. “Pinito” fue Pino, a secas. La historia del jugador-hincha, que llegó de Instituto para ser campeón. Darío Gigena será “el Topo” eterno y cuyo pasado en Belgrano fue olvidado y, finalmente, Del Sotto se hizo “el Pájaro de la “T”. Sí, como se lee, el título que cumplió 20 años les cambió la vida a todos en el Mundo Talleres. Para siempre.