Con 80 partidos y 24 años, el entrerriano se animó a explicar qué le pasa a la "T" en instancias decisivas en todos los frentes.

Leonardo Ezequiel Godoy no es un habitante común en el Mundo Talleres. Llegó en 2016, para jugar con la "T" en Primera, y rápido trascendió al cartel lateral derecho con el que llegó de Atlético de Rafaela. La velocidad que les llegó a imprimir a sus proyecciones le permitió ser contemplado por Frank Kudelka, Juan Vojvoda y ahora Alexander Medina para jugar al medio o para aparecer como un delantero más. 

Con 80 partidos en el lomo y seis goles, vivió lo mejor de Talleres (la identidad que tuvo el juego en la era FDK, el protagonismo de la primera Superliga, la clasificación a la Libertadores después de 17 años, su disputa misma) y también lo peor.

Esas etapas como la actual, en la que el primer equipo no pudo dar el salto hacia instancias superiores del torneo de Pimera (33% de los puntos en los últimos cinco juegos en 2016/2017, en 2017/2018 –se clasificó por una carambola a la Libertadores 201– y en 2018/2019) y hacia instancias superiores del torneo continental (jugó el torneo continental en febrero, pero no llegó a fase de grupos), de la Copa Superliga (no pasó de octavos de final) y de la Copa Argentina (tampoco llegó a cuartos). 

Es más, su única chance de volver a ser internacional el año que viene depende de otros

Sin Pablo Guiñazú, ya retirado, y con Javier Gandolfi en el banco, el entrerriano de 24 años se ha transformado en palabra autorizada para saber, según su criterio, qué le pasa a Talleres en estas instancias. Sí, es un referente de 24 años y de un equipo que tiene esa edad promedio en cada presentación.

"Creo que nos faltó un poco de madurez. Siempre estamos cerca para el peso y nunca podemos llegar. Nos quedamos ahí, con las ganas. Creo que nos juegan en contra el nerviosismo y la ansiedad. Quizás pese al hecho de querer hacer las cosas antes de tiempo. Más allá de todo, creo que estamos por el buen camino. No se nos están dando los resultados, pero vamos a lograr revertir esta situación", dijo el lateral, quien, en cantidad de partidos y en el 11 titular, solamente es superado por Guido Herrera, con 114.

–¿Cómo?

–Dando más en los entrenamientos y en los partidos. En el trabajo, se crece. Somos los primeros en querer salir de esta situación. Tampoco es una situación de vida o muerte. Ni los mejores antes, ni los peores ahora. Son rachas que nos tocan. Perdimos cuatro partidos consecutivos. Hay que convertir más y tener la menor cantidad de errores posible. Hay que lograr ese equilibrio. Ahora, viene Argentinos. Es un equipo difícil que llegó al primer lugar y sin regalar nada. Hay que volver al triunfo. 

–¿Qué se dijeron en el vestuario?

–Hicimos nuestro mea culpa. Seguramente se dará una charla con el DT. Sabemos que entramos mal al partido con Lanús. Nos hicieron dos goles en cinco minutos y al inicio del complemento. Y eso no puede pasar. Ahora los errores cuestan goles. Antes no.   

En positivo y en negativo

Leonardo Godoy volvió de una lesión en la inserción de tibia y peroné derechos, algo que lo mantuvo fuera de las canchas por seis meses. En su regreso, "el Cacique" lo utilizó casi siempre del medio hacia arriba. Ante Lanús se vio una muestra de ello y debieron cobrarle un penal por mano de un rival. En la contra, Moreno aprovechó que algunas veces volvió a una velocidad menor. 

–Se te ha visto más en ataque que en defensa. 

–Me siento mejor. Estamos trabajando a la par del grupo. Para jugar de lateral volante y siempre a disposición. Estoy ansioso por la definición. Me estoy apurando en el último pase y no tengo el egoísmo de un delantero. Un par de veces quise bajarla para un compañero. También tengo claro que a veces no hay que ir tanto y defender, que es mi función principal.

"Hay que estar tranquilos. El esfuerzo está y la gente lo reconoció ante Lanús. No merecemos esta racha. Pero esto es por goles, no por merecimientos", comentó Godoy.     

Godoy sabe que Argentinos Juniors (puntero de la Superliga ante Boca) será un nuevo reto para Talleres y para sus chances de volver a ser protagonista. El desafío no cambió: minimizar defectos y maximizar virtudes es un objetivo colectivo importante; el otro es individual y exige a cada uno la mejor respuesta.