La “T” no le supo encontrar la vuelta para superar al Ciruja. Algunas ráfagas de Ortiz y Valoyes, y no mucho más. Sin soluciones a la vista.

Querer no es poder para Talleres, capítulos varios. Cuando el gol falta a la cita, el primer equipo albiazul queda literalmente desnudo. Es tan saludable la intención de jugar en ataque, de buscar una identidad de juego, como palpables sus limitaciones. Se puede analizar hasta el hartazgo si Talleres puede jugar sin un “9” como pudo haber sido el hecho de arrancar sin Junior Arias o si otro especialista como Gonzalo Maroni puede desequilibrar cerca de una banda siendo enganche.

O bien si es mejor jugar con un solo volante central o con dos. Para que Pablo Guiñazú no esté tan solo o lidere la presión del equipo metros más adelante. Como no hace mucho pasaba.

Ni hablar de jugar con laterales cuya salida no es prolija como se vio anoche con los casos de Nahuel Tenaglia (la ausencia de Leonardo Godoy por lesión, lo dejó expuesto) o Facundo Medina.

Y así podemos estar hasta mañana repasando realidades y supuestos. Porque salvo “el Cholo”, Guido Herrera y Juan Ramírez, el DT Juan Pablo Vojvoda varió a todos los protagonistas.

Sin embargo, la idea no está. No hay ADN. Esa sigue siendo la cuestión. El cero dice que Talleres está lejos de eso. Le recuerda que necesita ser profundo por las bandas y que los volantes deben llegar al gol, que no tiene una salida clara y del orden necesario para el que le ha quedado un solo soldado como es “el Cholo”. Que las sociedades que deben aparecer para pasar de la teoría a la realidad, sigan brillando por su ausencia y que así va a haber más partidos como el 0-0 de anoche ante San Martín de Tucumán.

Flojo

El partido transcurrió con un Talleres preso de un avance lento y anunciado que solamente se alteró cuando Mauro Ortiz logró recibir contra la banda derecha, aunque salvo en una oportunidad, Nahuel Bustos fue el que llegó para empujar, pero fue anticipado.

En las otras le doblaron la marca o decidió resolver, aunque encontró bien parado al arquero Jorge Carranza. Las otras referencias fueron las dos oportunidades en las que Juan Ramírez también rompió hacia adelante. En la mejor encontró bien parado al ex Instituto.

San Martín jugó al error y pudo ganar de no ser porque Gonzalo Rodríguez la tiró arriba, tras una pifia de Juan Komar. Antes, Claudio Bieler recibió solo y su remate obligó a la volada de Guido Herrera.

Valoyes, una esperanza

Los cambios del DT Vojvoda fueron la última apuesta para cambiar el 0-0. Diego Valoyes aportó cambio de ritmo y remate. En la acción más importante le hizo abrir las manos a Carranza. También se asoció con Junior Arias, que había ingresado un rato antes y que intentó pivotear, en las poquitas pelotas que recibió. El ingreso de Joel Soñora, también sumó manejo, pero fue poco el tiempo que tuvo. Quizás el tiro libre que sacó el 1 del rival fue su acción más importante, mientras todo su equipo se aferraba al empate.

No quedó tiempo para mucho más. El partido volvió a consumirse con un Talleres que vio pasar una nueva oportunidad para sumar de a tres y con los mismos problemas de siempre. Sin soluciones a la vista.