No más de 200 hinchas albiazules se llegaron hasta el estadio de Florencio Varela. La directiva de Defensa no pudo hacer la diferencia económica que pretendía.

La presencia de los hinchas de Talleres ayer en el estadio “Tito” Tomaghello, de Florencio Varela, no fue tan numerosa como esperaba la directiva del club de Florencio Varela. Si su idea fue hacer una diferencia económica al impulsar que viniera la hinchada cordobesa, la jugada no le salió bien.

Llegarse hasta allá desde Córdoba era todo un “viaje” y fueron más los simpatizantes albiazules que residen en Buenos Aires los que fueron a la cancha.

Fue como si la gente hubiera previsto lo que pasaría después, en el partido. No más de 200 fueron los “matadores” que se ubicaron en una tribuna destinada a los hinchas locales, a la derecha de las cabinas de transmisión y que tenía espacio para unos 2.500 espectadores. Y sólo un par de ómnibus que vinieron desde Córdoba pudo divisarse en los alrededores del estadio.

El día laboral, lo bolsillos escuálidos por la altura del mes, la distancia que había que cubrir una vez en territorio porteño para llegar hasta Varela y los pocos hinchas que compraron sus entradas en Córdoba, conspiraron para que la convocatoria fuera insuficiente.

Los simpatizantes de la “T” fueron entrando lentamente y colgando banderas a lo largo del sector que les asignaron. Las más visibles fueron las de La Hermandad, Liceo, Pueblo Colón, Los Sauces, Villa María, Alta Córdoba, Santa Isabel, “Más Fuertes que Nunca” y “Aguante Matador”.

Lo poco que mostró el equipo no dio para que sus hinchas se entusiasmaran, por eso su aliento fue escaso y se fue apagando con el segundo gol del Halcón.

La cobertura de Mundo D