El tiempo es veloz. Ya pasó un año desde aquel recordado triunfazo de Talleres contra Boca 2 a 1, en la Bombonera, con los goles de “Pipe” Ramis y “Bebelo” Reynoso. Una victoria que para cualquier “matador” de raza quedará en los anaqueles de sus recuerdos más preciados, salvo para Aldo Araujo.

Aquel domingo 19 de marzo, la imagen televisiva del rostro de “Turbina” llorando como un chico por el dolor del desgarro que sufrió a los 30 minutos del segundo tiempo – pero sobre todo por haber vuelto a lesionarse y en semejante partido– conmovió inclusive a quienes no son hinchas de la “T”.

Hoy el “karma” de las lesiones parece haber pasado al olvido para el correntino, sin dudas en su mejor momento futbolístico, físico y mental desde que está en el club. Y como en el fútbol, tal como en la vida, hay más causalidades que casualidades, en siete días más Araujo tendrá la posibilidad de estar en el mismo escenario, dispuesto a a su revancha. Desde el arranque o desde el banco, según lo que decida Frank Kudelka.

Después de los dos goles que le convirtió a Racing en el amistoso del viernes, en la Boutique, “Aldito” se refirió a ese episodio.

“Fue un momento muy feo. Lloré mucho por la impotencia más que por el dolor, pero el fútbol hoy me da la revancha. En ese partido me estaban saliendo las cosas bien y pasó eso. Pero bueno... ahora estoy trabajando mucho para hacer el mejor partido contra Boca, si el técnico decide que lo juegue”, fue su primer frase.

–¿Soñás con hacerle un gol?
–Sí, por supuesto que lo sueño. Dios quiera que se me de.

Mientras hablaba, su hijita Génesis, celosa por tantos micrófonos, cámaras y celus rodeando al papi, le tiraba de las bermudas requiriéndole su atención. Él le eligió ese nombre bíblico, en consonancia con su fe religiosa.

“¿Ya te mensajeaste con ‘Bebelo’ Reynoso”?, se le preguntó. Y respondió: “No, todavía no, pero durante la semana seguramente vamos a escribirnos”.

–¿Y qué le vas a pedir?
–Que se esconda, ja. “Bebelo” es un crack. Todos en el plantel esperamos que le vaya muy bien en Boca, salvo contra nosotros, por supuesto, je, je.

–¿Por qué se te ven tan bien en esta etapa en el club?
–Estoy trabajando mucho con el psicólogo del club (Christian Rodríguez). Hablo mucho con él todos los días. Me ayuda para prepararme mejor, no sentir tanto la presión y estar más tranquilo. Me sirve de mucho y creo que se nota en la cancha. Pero estoy muy agradecido a todos por la ayuda: al técnico por la confianza que me da, a sus colaboradores, a los profes, a (Mario) Di Santo, al kinesiólogo, al presidente Fassi. Desde el Torneo Federal A que me vienen apoyando por todo lo que me ha tocado pasar por lo de las lesiones.

“Turbina” siguió hablando un rato más, con ese hilo de voz finito, casi imperceptible, que obliga a subir el volumen para escucharlo. Cuando terminó, alzó a Génesis en sus brazos y se fue. Feliz e ilusionado, esperando su revancha