Tiene cinco tantos y dio lo mejor al llegar Silva. La competencia benefició a la “T”. El viernes jugaron un rato juntos.

Junior Arias debe ser un anticipo. Es la llave que le terminará de abrir las puertas del Mundo Talleres. Es difícil entenderlo para cualquier especialista, pero en el equipo de Frank Darío Kudelka, es así. Nunca jugó para ningún centrodelantero y no lo hará para él. Tiempos y lugares son marcados por esos jugadores que van a mil.

Son los que tocan y pasan para poder meter el centro atrás. Y Junior debe estar ahí. Tiene un tiempo y un lugar. Como le pasó el viernes pasado, apenas entró por Matías Pisano, a los 17 minutos del complemento.

Antes de que Lucas Olaza la recibiera, Junior comenzó a picar. Cuando “el Bombardero del Prado” llegó a su quinta velocidad, su envío tuvo coordenadas que encontraron a Junior, listo para hacer el pase a la red.

Así Talleres logró el empate parcial ante Atlético Tucumán, encaminó un partido que terminó ganando por 3-1 y se mantuvo como escolta de Boca, al que le lleva ocho puntos y al que enfrentará el 1° de abril, tras el juego con Defensa y Justicia.

Así, Arias se convirtió en el máximo artillero de Talleres ya que sus cinco tantos (Lanús, Patronato, Colón, Temperley y Atlético Tucumán) lo colocan por encima de Juan Ramírez y Lucas Olaza. Es la historia del goleador que hoy es suplente.

Su relato corresponde al de un jugador que perdió el lugar en el equipo y que cuando empezó a mostrar lo mejor se dio con que Talleres había contratado a Santiago Silva.

Los goles contra Colón, Temperley y ahora frente al Decano no alcanzaron. Silva llegó y produjo el penal que provocó el penal ante Banfield, marcó ante San Martín de San Juan y Argentinos.

Y se terminó imponiendo. “Los dos se van a matar por Talleres”, dijo Guiñazú en aquel partido con el celeste en el que “el Tanque” tuvo sus primeros minutos.

“Vamos a aportar desde el lugar que nos toque”, dijeron ambos goleadores. Hoy el que va al banco es Arias y su pensamiento sigue siendo igual. “Hay que seguir por este camino, con los pies sobre la tierra y con humildad”, dijo Junior, apenas se cerró el juego.

Y, ayer, en el inicio de los prepararativos para jugar con Defensa, su discurso no varió. “Es fuerte y lindo. Fue un desahogo en lo personal. Precisaba el gol. De esto vive un goleador. Hicimos una linda jugada. Fue un gran pase de Lucas Olaza. Hay que seguir. Tenemos en mente el partido con Boca, pero quienes estamos acá, sabemos que no podemos dejar pasar ningún partido. El próximo rival es Defensa y Justicia”, dijo Junior, ayer en conferencia de prensa.

Junior no es el mismo que llegó a Talleres. Sabe que debe ser mejor que Silva para poder regresar en el 11. Por caso, mejorando efectividad y puntería, en menos tiempo del que antes disponía cuando estaba adentro. Alguna vez, fue tal su ansiedad por marcar que, ante Estudiantes, le pidió el penal a Lucas Olaza, Andújar se lo atajó y Talleres perdió 1-0.

Ese Arias ya fue. Su mejor versión determinó que el DT apostara a dar vuelta el juego con ambos pelados. ¿Podrá darse desde el inicio o seguirá siendo una opción? Como fuera, el sábado llega Defensa y ya largó la competencia del “9”. Frank Darío Kudelka define.