En el Mario Kempes, igualaron 1 a 1. Jonathan Menéndez marcó para el conjunto de Frank Kudelka y Erik Godoy lo hizo para el de Pablo Lavallén.

Las emociones llegaron al final. En diez minutos, el partido tuvo toda la electricidad que faltó en los otros 80. En el Mario Alberto Kempes, Talleres y Belgrano terminaron a mano. Fue 1 a 1. No hubo definición por penales. Así, la Copa Amistad quedó vacante. Quizás, se defina en otro amistoso en el invierno.

Parecía un milagro que alguno de los dos convirtiera un gol. Hasta que Bebelo Reynoso entró al área de Belgrano por la izquierda y Sequeira lo derribó. Delfino no dudó y pitó penal. Lucas Acosta se lo atajó a Olaza pero Menéndez estuvo más atento que todos y mandó la pelota a la red para el delirio de los hinchas de Talleres.

Parecía cosa juzgada. Es que faltaban cinco minutos y Belgrano jugaba con uno menos desde los 26 minutos del complemento por la expulsión de Cristian Lema. Y estaba replegado tratando de sostener el empate. Pero el gol de Talleres lo hizo reaccionar. Y tuvo una pelota parada a los tres minutos. Centro y gol de cabeza de Godoy. La explosión pasó a la otra tribuna y los Piratas se fueron del Kempes más felices, gozando a su rival.

De todos modos, casi se quedan con las manos vacías. Porque Talleres tuvo el triunfo en los pies de Menéndez cuando ya se jugaba el adicional pero su remate salió desviado.

Antes de esa electrizante secuencia, el encuentro se pareció más a un entrenamiento, pero con camisetas y 40 mil hinchas entre las dos parcialidades (no había público de ambos clubes en un clásico cordobés desde el amistoso invernal de 2016 cuando también igualaron 1 a 1, pero ahí sí hubo definición por penales y ganó Belgrano). Y lo mejor hasta los 80 minutos estuvo en las tribunas. Afortunadamente, hubo paz.

Al margen de la parsimonia de los dos equipos, Talleres había insinuado un poco más. con los desbordes de Joao Rojas, quien tuvo una chance con un remate. De los pies del ecuatoriano salió lo mejor de la T. Y fue difícil de parar para la defensa Celeste. Belgrano, era fervor y nada de fútbol. Después, hubo temores escénicos y miedo a perder. El clásico venía defraudando hasta antes de esos minutos finales que le dieron un giro brusco. Terminaron igualados pero al menos brindaron algo de emoción.