La "T" y el Decano habían empatado sin goles en los 90 minutos. Luego, en la definición, fallaron Olaza y Juárez.

Si alguien esperaba que Talleres y Atlético Tucumán fueran a jugar el “partidazo” anoche, en el Estadio Martearena de Salta, por supuesto que se equivocó. Con ambos equipos promediando su pretemporada, las piernas duras y sin querer arriesgar demasiado por el temor a las lesiones, no podía salir más de lo que fue: un juego muy chato, con pocas emociones, que sirvió para aflojar las cargas y soltar los músculos. Y nada más. Si hasta las pocas personas, poco más de mil que se llegaron a la cancha, y aunque la lluvia también conspiró para una mejor concurrencia, parecieron refrendar esta circunstancia.

Con toda lógica, el encuentro terminó 0 a 0 y los penales terminaron premiando al Decano que ganó 4 a 3, por los dos disparos que marraron Olaza, el jugador que mejor le pega en el Albiazul (se lo atajó Batalla) y el final, que desvió el “Ajito” Fernando Juárez. Fue una anécdota y nadie recordará mucho este encuentro, que sólo quedará marcado por la estadística.

La novedad más importante para la “T” la dio Andrés Fassi en las plateas, fuera del campo de juego, al confirmar en el entretiempo la compra de la mitad del pase del juvenil extremo venezolano Samuel Sosa, con lo que Talleres se aseguró su primer refuerzo para la Superliga. Y habrá que esperar a los próximos días para saber si llegará algún jugador más (probablemente dos volantes ofensivos).

Atlético tuvo la iniciativa en el arranque del partido. Talleres demoró unos minutos en acomodarse en la cancha y en los primeros minutos se lo vio con más ritmo al Decano, que eligió su sector izquierdo para atacar, sumando a Villagra en la proyección para asociarse con Favio Álvarez y “el Pulga” Rodríguez.

En Talleres, la pelota pasaba siempre por Guiñazú pero no encontraba buen eco en Reynoso, quien era bien controlado por Aliendo y Freitas en el mediocampo. La intención de salir ordenado y con prolijidad era lo más rescatable de la “T”, pero les costaba llegar al arco de Batalla. Apenas un remate de afuera de Freitas y otro de “Bebelo”, ambos desviados, al promediar el primer tiempo, eran muy poco para lo que prometía el partido.

A los 36,Komar lo bajó en el balcón de su área a Álvarez. Era un tiro libre de gol, pero Rodríguez lo desperdició. El central fue amonestado y comenzó a jugar condicionado. Y en dos minutos comenzaron a jugar los palos. A los 39, un cabezazo de Rodríguez pegó en el travesaño y un minuto después Olaza metió un zapatazo en el palo izquierdo de Batalla. Arias recogió el rebote y la tiró afuera, pero hubo fuera de juego.

Tras el descanso, Talleres fue a buscar el arco de Batalla. Al minuto “Bebelo” la tiró apenas por arriba del horizontal. El equipo comenzó a soltarse y las piernas se notaron más ligeras. Reynoso entró más en acción y decididamente el Matador comenzó a adelantarse y presionar arriba. A los 18, Olaza exigió a Batalla en un tiro libre. Con Reynoso más enchufado, mostrándose y pidiéndola, el perfil de la “T” cambiaba. Pero no hubo mucho más y los penales terminaron premiando al equipo de Ricardo Zielinski.