A la mañana, Andrés Fassi comenzó su segundo ciclo al frente del club. A la noche, el equipo perdió con Central.

Fue un largo día en el Mundo Talleres. Porque tuvo la impronta de esas jornadas que marcaron la historia del club. Importantes y, a la vez, paradójicas. Todo comenzó bien temprano con la asamblea en la cual Andrés Fassi asumió su segundo período al frente del club y terminó bien tarde con la inesperada caída 1-0 frente a Rosario Central en el Mario Kempes.

Respecto a lo institucional, el proyecto de Fassi y los suyos (con presencia del riñón de Aldo Roggio –ex Fondo de Inversión–: está su hijo Rodolfo) sigue una línea, aunque persistan algunos temores sobre el momento en que haya que devolver la inversión que se hizo para refundar a Talleres y expandirlo. Por caso, el aporte del grupo Pachuca. ¿De cuánto fue? ¿Cuándo se va a devolver? ¿A qué interés? ¿O fue una donación?

Y también fue uno de esos días en el que Talleres ratificó un contraste histórico. Anoche, tras la derrota con Central, la gente debatía más sobre las prestaciones del equipo, las dudas sobre el arquero Guido Herrera, de la vigencia de Pablo Guiñazú, de quiénes pueden reemplazar a Sebastián Palacios (se va a los Tuzos) y a Emanuel Reynoso (puede irse al exterior) que sobre la nueva proclamación de Fassi y de sus anuncios.

Aunque el calibre de sus palabras volvieron a ser importantes. Al “estamos preparando y estructurando el Talleres de los próximos 30 años”, le sumó tres o cuatro frases de mucho impacto. “No queremos hablar más de Talleres de Córdoba, queremos hablar de Talleres de Argentina”, fue la general. Y llegaron las específicas: “Al finalizar este período queremos que Talleres tenga 70.000 socios”; “Nos comprometemos a cumplir el objetivo de que al final de este período tengamos construida y terminada la ciudad deportiva”; “Nos comprometemos a en cuatro años a estar entre los cinco mejores clubes del país en inferiores”, fueron expresiones top.

Más parecidas a las de su primera consagración en noviembre de 2014, cuando venció a “Talleres es de su gente” (consiguiendo el 78,16 por ciento de los votos –1.099 sufragios contra 307 sobre 1.700 habilitados para votar–) y habló de ser la envidia de “Boca y River”.

En este oportunidad, llegó a su segundo mandato con la contundencia de haber dotado al club de infraestructura y de estructura, claves para aprovechar la potencialidad en todos los ámbitos (“Está al 30 por ciento”, reiteró anoche) que le permitió lograr el doble ascenso, con Kudelka como conductor deportivo, siendo protagonista del actual torneo y tratando de llegar a una copa, más allá de lo sucedido anoche en el Kempes.

Esta vez sus palabras fueron seguidas por unos 500 socios, entre ellos Daniel Quinteros, titular de “Todo por Talleres”, la lista impugnada por la junta electoral, que decidió “acompañar” (“Hizo un llamado a la unidad. Es bueno. Se lamenta la poca participación”, dijo) la nueva proclamación de Fassi, que retuvo el poder. En los hechos y en lo formal. Ese acto tan trascendente fue de unos pocos socios pese a que el padrón de afiliados habilitados era de 19.450 afiliados, menos de la mitad de los 53 mil que son récord y “el” recurso para esta gestión. Con la proclamación de ayer, entró en vigencia el nuevo estatuto que posibilitará que las decisiones de Fassi y los suyos sean blindadas por la comisión y los 100 integrantes de la Asamblea de representantes, el órgano supremo.

La responsabilidad también será distinta: los miembros de la directiva serán responsables en forma solidaria, son civil y penalmente responsables de sus resoluciones. Si hubiera déficit, deberán afrontarlo. Además, la asamblea de representantes podrá considerar casi todo: compra y venta de bienes, toma de créditos y concesiones. También se crearán mecanismos para incorporar capital privado. Por el nuevo estatuto, el actual período se cuenta como primero, con lo cual Fassi puede aspirar a otro más como presidente (hasta 2025).

Horas después, anoche cerca de 30 mil hinchas fueron a palpitar una nueva actuación del equipo. Sí, 500 primero, miles después. Un Talleres que en el mismo día asomó chico para las decisiones y grande para lo deportivo.