El correntino parece haber dejado atrás las lesiones. Ayer, contra Newell’s, hizo un gol de cabeza, jugó de ”9”, mostró una gran condición física y fue figura.

Se lo ve bien, contento, confiado. Pero también más entero, armado y fuerte desde lo físico, una cuestión que para Aldo Araujo no es menor, tratándose de la interminable cantidad de lesiones que vienen frustrando la estadía del volante ofensivo en el club, desde que el correntino llegó para el Torneo Federal A 2015.

Lo pudo demostrar ayer, en el primero de los amistosos contra Newell’s, en la Boutique, en el que a los 4 minutos de los segundos 35 que se jugaron, convirtió un gol... ¡de cabeza y entrando al área de la Lepra en posición de “9”! Sí. Enjuto y chiquito como es, “Turbina” se animó a saltar y meter el frentazo, como si se tratara de un delantero pivote avezado.

Pero aunque parezca una sorpresa que “Aldito” apareciera en esa posición, en realidad no lo es. Frank Kudelka ya lo había ubicado así, en el torneo pasado, contra San Martín de San Juan, y en algunos de los pocos partidos que pudo jugar, alternó esa función con la de extremo y moviéndose en todo el abanico de ataque.

Y como nada es casualidad, que Araujo se muestre ahora tan bien en lo físico, tiene una historia por detrás, que con ese hilo de voz finito, corto y pausado con el que se expresa, relató ayer para Mundo D.

“Desde que me lesioné contra Boca, más de tres meses atrás, empezamos un trabajo de prevención con los profes y los kinesiólogos, que gracias a Dios está dando buenos resultados. Con ‘el profe’ Mario Di Santo, antes de empezar cada partido, hacemos una activación especial en la parte muscular y en los isquios. Todos me dijeron que tuviera paciencia y confianza, que es una mala etapa y que va a pasar”, contó Aldo.

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–Se te nota confiado.
–Sí, estoy muy contento, feliz, confiado, después de todo lo que me tocó pasar con las lesiones. Estoy pasando por un buen momento. Dios quiera que este pueda ser mi año. No quería arrancar de golpe y que otra lesión me jugara una mala pasada.

–¿Alguna vez te dieron ganas de bajar los brazos e irte?
–Tuve malos momentos, pero en todo el club me ayudaron mucho. Le estoy agradecido al “profe” Kudelka y al presidente Fassi por el apoyo que me dieron en todo este tiempo. Me han tratado muy bien, porque fueron muchas las lesiones y nunca me plantearon la posibilidad de no seguir en el club. Y también le agradezco a mi familia, a mi hijita, a mis amigos acá y en Corrientes, y a los hinchas. Me sigue sorprendiendo el cariño que me dan.

–Es hora de que se corte...
–La verdad que sí. Hace más de un año y medio que no puedo jugar más de cuatro partidos seguido por las lesiones. Si Dios quiere este año, en Primera División, será mejor y voy a dar todo lo que Talleres está esperando de mí.

–¿Estaba preparada la jugada de tu gol de cabezas?
–Sí, fue una jugada de pelota parada que trabajamos ayer (por el viernes). “La Pepa” (por Raúl Armando, el ayudante de campo de Kudelka) me decía que vaya más atrás, pero decidí quedarme en el área a esperarla y por suerte me cayó en la cabeza.

–¿Preferís jugar más cerca del área rival y no por afuera?
–Con “Seba” (Palacios) y “Jony” (Menéndez) rotamos permanentemente por izquierda o derecha. Hoy me tocó hacerlo por adentro y pude hacer el gol. Este año se me tiene que dar en Primera. Ya estuve cerca de hacer uno contra San Lorenzo, en la última fecha.

Después de verlo llorar y sufrir tras cada lesión que se ensañó con él, verlo bien a “Turbina” es una de las mejoras noticias que tiene Talleres en esta pretemporada. Araujo toca madera y mira para adelante.