Desde que llegó a Talleres, hace poco más de dos años, en el Federal A, padeció al menos seis lesiones de consideración que le impiden consolidarse como el muy buen jugador que es. Contra Boca sufrió un desgarro es un isquiotibial.

Aldo Araujo no puede zafar del cepo de las lesiones. Hoy se confirmó que el domingo, frente a Boca, sufrió un desgarro en un isquio tibial y que tendrá para unas tres semanas de recuperación. La noticia remite de inmediato a la imagen que de su rostro proyectó la televisión, cuando salió de la cancha y fue reemplazado por Ezequiel Rescaldani. El llanto desconsolado del extremo correntino tenía mucho más que ver con la impotencia que con el dolor propio de la lesión.

No es para menos: desde que llegó a Talleres para jugar a fines de enero de 2015 –poco más de dos años– para jugar el Federal A, no ha podido completar un semestre tranquilo y sin lesiones. Ni bien arrancó ese torneo, en la visita a Sportivo Las Parejas, recibió un golpe descalificador en la cintura y estuvo dos meses sin jugar. Cuando volvió, lo hizo con todo: hizo tres goles y dio siete asistencias en el reducido. Fue una de las figuras del ascenso posterior de la T.

Por su gran nivel, era número puesto para tener un arranque de 2016 promisorio en la Primera B Nacional. Pero el infortunio quiso que se lesionara un hombro (luxación) en un amistoso contra Instituto, en la pretemporada, tras marcar un gol, y el resultado fue muy perjudicial para él: de los 27 partidos posteriores, sólo pudo jugar tres.

Fue una lesión complicada, que ameritaba una operación, según el departamento médico del club. Pero el presidente del club, Andrés Fassi, haciéndose cargo de su decisión, aconsejó que hiciera un tratamiento conservador intenso y rehabilitación, con el que pudiera evitarse el paso por el quirófano. Fue una jugada de riesgo y salió mal: en el segundo partido de Talleres en el torneo, a fines de febrero del año pasado, contra Juventud Unida de San Luis, "Turbina" sufrió la ruptura del cartílago articular del mismo hombro y la operación se se hizo inevitable. Fue intervenido, pasó casi tres meses jugar y volvió a firmar planilla en el partido contra Santamarina de Tandil.

Después Talleres ascendió a Primera División. "Aldito" comenzó la pretemporada bien, pero sufrió una ruptura fibrilar y su puesta a punto volvió a retrasarse. Otro parate, aunque esta vez de menos tiempo. Pudo volver a jugar en la sexta fecha fecha del Torneo Independencia, contra San Martín, en San Juan. La desgracia volvió a ensañarse con él en ese partido. Sufrió un microdesgarro, en la parte posterior del muslo izquierdo.Nuevo paréntesis de casi dos meses y regresa en la 13ª fecha, tras casi dos meses, contra Newell's. Luego, fue titular contra Huracán y cerró el año bien y con la ilusión de arrancar 2017 del mejor modo.

Alguna molestia menor durante la pretemporada no logró complicarlo.Y el domingo, en la Bombonera, el destino se ensañó con él. Con viento a favor, podrá volver a jugar en tres semanas.

Todos en Talleres, dirigencia, cuerpo técnico y plantel, esperan que, de una vez por todas, esta sea la última para el correntino, un muy buen jugador que no puede terminar de despegar por culpa de sus recurrentes lesiones.