El Cholo cedió la cinta a Reynoso para que Bebelo recibiera la Copa Desafío. El líder de la T habló de eso y de cómo construir un gran grupo.

Fue la nota destacada de la noche de Copa de Talleres, después de ganarle el domingo a Central por penales en Mar del Plata. Pablo Guiñazú se sacó la cinta de capitán y sorprendió a Emanuel Reynoso, a quien le puso la banda en el brazo, para que Bebelo fuera quién recibiera el trofeo que coronó al Matador con la Copa Desafío.

Pablo Guiñazú, el Cholo, es el abanderado de la humildad y de la sencillez. Ganó todo, jugó todo y le quedan cosas por jugar. Reynoso tiene dos ascensos encima, muchísimo por delante para jugar y seguir ganando. Guiñazú bendice a sus compañeros desplegando una alfombra llena de gestos y actitudes que todos tienen que ir tomando al paso.

Y ante la consulta de Día a Día, el capitán albiazul habla con elocuencia de lo primero que le viene a la mente: sus compañeros.

“Creo que este es un grupo muy espectacular que piensa parecido a mí. Sinceramente, la cinta de capitán es de todos. Cada uno tiene poder de opinión y de decisión, no importa la edad”.

La victoria puede ser un veneno engañoso, aunque alimenta si se la sabe asimilar. La derrota, la madre de las enseñanzas, en las que todos tienen que tomar nota. Por esos caminos se mueve Pablo Guiñazú. Pero considera que tiene que haber voces de todos los tenores.

Guiñazú es el líder de Talleres, aunque él prefiere ser uno más dentro de un grupo que quiere grandes cosas.

“Son cosas lindas que los jóvenes tienen que empezar a sentirlo porque a veces un grupo, cuando está todo bien las cosas son más fáciles, pero cuando la mano no viene tan bien no es bueno que uno o dos sean los que tengan que tratar de levantar a un grupo, de hacer que la cosa empiece a funcionar”.

–Hace rato que venís insistiendo con las voces dentro del vestuario, la palabra que es tan importante para construir grupos.
–Tiene que haber más voces, eso hace que el grupo sea más fuerte, que sea como tiene que ser, vencedor, ganador. Después, lógico, el fútbol es resultado y uno los va a buscar. Creo que acá es un mensaje muy claro para todos los jóvenes, que es un camino a seguir.

"Creo que la cinta representa al, club, al grupo y todos tenemos un pedacito de ella".

Guiñazú trata de no reparar sólo en el gesto sobre Emanuel Reynoso. Pero fue algo que saltó automáticamente con su gesto elocuente y sentido, sincero.

“Lo del domingo fue lindo porque Bebelo (Reynoso) es un pibe que viene de las inferiores. Si bien era verano, un sólo partido y fue a penales, siempre es bueno ganar y es muy merecido para todos y en especial para él que viene jugando y demostrando que está en un nivel espectacular”, concluyó.

Guiñazú es un líder portador de actitudes y gestos que van más allá de una cinta pegada al brazo.