Talleres aprobó el examen ante Estudiantes y empataron en La Plata 0-0. El puntero no pudo con el Matador.

La racha de Talleres, que en al fecha pasada mermó por el empate con Arsenal pero se extendió a seis fechas sin perder y este domingo alimentó el margen positivo estirándose a siete, al menos no perdiendo ante un rival potente como lo fue Estudiantes que mostró debilidad cuando ya que venía de perder el invicto con Banfield.

En La Plata empataron el Pincha y la T 0-0 en un encuentro intenso, atractivo, pero sin la profundidad necesaria para llegar a los goles.

Sin embargo, el primer tiempo entre el Pincha y la T, fue muy abierto, peleado, disputado. No se sacaron ventajas aunque no tuvieron chances muy claras o concretas en la primera parte.

El equipo de Frank Kudelka, nobleza obliga, fue un rival incómodo para el elenco de Nelson Vivas. En la T, el técnico hizo debutar al nigeriano Okiki Afolabi que no logró sacar la diferencia que el técnico pretende en ese puesto, dado su disconformismo con los que venían haciéndolo. El atacante moreno no tuvo un partido relevante y apenas algunas pocas intervenciones.

Okiki Afolabi debutó en Talleres, pero sólo pudo jugar el primer tiempo.

Leonardo Gil, refuerzo albiazul proveniente de Estudiantes fue una de las piezas claves en la recuperación, presión y salida junto a Pablo Guiñazú en el medio. Ramírez y Bebelo Reynoso (brilló con un caño de ensueño) fueron buenos engranajes que no coronaron ni con palacios ni con Okiki.

Estudiantes, cada vez que se hacía dueño del balón impregnaba temor, pero nunca pudo inquietar fehacientemente a Guido Herrera. Empate justo 0-0, al cabo del primer tiempo.

El complemento, similar. Aunque ambos bajaron su intensidad, en los 45 minutos restantes, siguieron manteniendo esa tensión de la primera mitad. Talleres se paró más de contra después de la primera mitad del complemento, pero no tuvo la profundidad ni el punch para sacar la ventaja que podría haber tenido.

Con Gonzalo Klusener en cancha, la alternativa del 9 fue casi igual a las anteriores porque el sistema de juego de la T no favorece la llegada del balón al centrodelantero. Para colmo de males, Sebastián Palacios que tuvo un par de ocasiones de llegada juega para sus propios intereses y elige hacer la jugada propia a buscar al mejor jugador posicionado.

Así pasó con Klusener en dos ocasiones, pero el tucumano eligió jugar para sí. Palacios, en Talleres, juega para Palacios.

La figura que fue creciendo fue la de Pablo Guiñazú, el capitán y león del mediocampo es el que entiende qué se trata la historia. Marca, salida, recuperación, presión. Así jugó este "viejito" durante los 90 minutos. Párrafo aparte para lo mejor que ha logrado amalgamar el DT Kudelka: su línea defensiva. Con Gandolfi-Komar, la T parece un valado infranqueable para los rivales.

Estudiantes lo padeció, no le encontró la vuelta y Talleres se trajo un merecido punto, jugando con el puntero, en su cancha y de igual a igual.