“Venimos jugando finales y eso es lo mejor para un jugador”. Si el Mundo Talleres quería saber lo que se dice en el vestuario, ahí fueron las palabras de Wilfredo Olivera, el caudillo albiazul.

Así opera la mentalidad de los futbolistas referentes que tiene el primer equipo de la “T”. “Willi” Olivera, Rodrigo Burgos, Nelson Benítez, Santiago Raymonda, Ezequiel Barrionuevo y Juan Francia y Eial Strahman por nombrar algunos, son de esos jugadores que son certeza para el entrenador Frank Darío Kudelka, el formador de este equipo y el que decidió apostar a poner en escena un planteo agresivo en todas las cancha y con cualquier resultado.

Son de esos jugadores que ya jugaron finales y ganaron. Y lo que es mejor: varios de ellos están en un buen momento. Vienen jugando finales desde hace rato y mantienen un alto nivel de concentración. Por caso, Burgos sabe que no puede ni resfriarse: esté condicionado por una amarilla tempranera (ahora le aumenta la exigencia al estar en capilla) o por alguna molestia muscular, el paraguayo va a recuperar entre 15 y 20 pelotas por juego. Solo o acompañado.

Olivera es “el” referente de área albiazul. Francia lo ubica fácil y “Willy” gana o termina en falta; abajo, se hace impasable en el asedio y saca todo hasta que el equipo logra convertir. Benítez, el capitán de aquel ascenso de 2013, es la historia del que se repuso a una lesión prolongada y un olvido administrativo para tratar de cerrar la banda izquierda. Juan Francia es el que obliga a Kudelka a hacerle un lugar en una táctica que no lo contempló durante varios partidos por el sólo hecho de que entiende el juego y cómo cambiarlo, mientras que Raymonda y Barrionuevo tuvieron que apostar al sacrificio de jugar en lugares ajenos a sus especialidades. Strahman es el de las finales más logradas y ejemplificadoras en el Mundo Talleres: con pasado en el semillero, volvía para estar detrás de Velázquez y Godoy; alternó y fue al banco hasta ser el goleador del equipo, anhelando hacer el tanto del ascenso.

Son los nombres de las finales que viene jugando Talleres, cumpliendo con las expectativas que hay sobre ellos. Eso que llaman dar la talla.