En el club de barrio Jardín hay un código para la gente y su comportamiento.

Después de lo que sucedió en Boca y de las discusiones de “cómo se debió actuar”, en Córdoba Talleres marcó un precedente en torno a las imposiciones desde la institución para uno de sus componentes fundamentales: el hincha. “Toda persona en su carácter de espectador, socio, hincha o acreditado confirma que ha leído, entendido y aceptado dicho código”, expresa en el texto central y en su introducción al mismo, la institución.

No sólo se estableció un reglamento interno y un código de conducta y de comportamiento para los integrantes del plantel albiazul sino también entregar una cuota de responsabilidad al hincha albiazul. Ante los hechos y lo que se ha visto en la semana respecto del Boca-River en la Boca, Talleres tiene desarrollado un texto formal y oficial que incluso abarca a la utilización de aerosoles que puedan ser nocivos para la salud. “Se prohíbe la portación y el uso de aerosoles que contengan gas, sustancias corrosivas o inflamables, tintas o envases con sustancias nocivas para la salud o fácilmente inflamables”, lo explica en el inciso “k” del código.

Aspectos y sanciones

Entre los que se destacan en sus apartados de dicho código sobresalen prohibiciones y responsabilidades frente a “consumo de bebidas alcohólicas o estupefacientes. Armas y objetos contundentes o pirotecnia”. Y se sanciona ante quienes puedan “adoptar actitudes que pueda impedir a otros espectadores disfrutar del espectáculo deportivo; lanzar objetos, provocar incendios, escribir, pintar y realizar actos que puedan poner en peligro a otras personas o a los protagonistas de un partido”. También se tiene en cuenta la agresión física y verbal como los cantos xenófobos.

“Cualquier persona que infrinja el código de conducta perderá el derecho de acceder al estadio y presenciar el evento deportivo, así como también se someterá su conducta a un análisis que podría implicar su expulsión como socio”, expresa el texto.

Habría que ver qué sucedería y cómo se aplicaría, ante una circunstancia como de la que nos tocó ser testigos días atrás.