Cuatro barras de Talleres sortearon la seguridad e ingresaron al entrenamiento de Talleres. Buscaban a los dirigentes. Golpearon a un guardia y amenazaron al manager Accieto. Un detenido. Impunidad al máximo.

De nunca acabar. Talleres marcha segundo en la tabla con un partido menos pero los episodios extrafutbolísticos, a puro escándalo, superan en trascendencia a lo que sucede dentro de la cancha. La barra otra vez fue protagonista, burlando la seguridad en el entrenamiento del equipo, pero con la salvedad de que el apriete estaba destinado hacia la dirigencia y no para los jugadores como en otras ocasiones. ¿El saldo? Un guardia herido, un manager amenazado y promesas de volver a repetir el accionar en los próximos días. Con ese diagnóstico, Talleres debe afrontar la puja por el ascenso, con nuevo DT (ver aparte) y con el clima electoral, a un mes de celebrarse los comicios, en llamas.

Es que está claro que la amenaza y apriete estaba destinada a los directivos. Los cuatro barras que ingresaron (la policía identificó a Darío Cáceres, de La Fiel, y a Walter Aguilera, más conocido como el “Toro”) por un portón de la calle Olimpia, que la utilería utiliza para recuperar las pelotas cuando salen del estadio. Todo duró menos de cuatro minutos. Como no encontraron a nadie de la cúpula del Fondo de Inversión (más temprano estuvieron Rodrigo Escribano, Alberto Escalante y Hugo Bertinetti), el desquite fue con el manager Alejandro Accieto. “Vos nos vendiste el club, ya vas a ver, andate, vamos a hacerles la vida imposible”, fueron algunas de las manifestaciones violentas de los hinchas. Antes, golpearon al guardia Oscar Tejerina, a quien le produjeron fractura de tabique. Víctor Bustos y Fredy Domínguez, encargados de seguridad, dialogaban con la policía en busca de reconstruir los hechos y ampliar la declaración en la Justicia.

En la cancha, ante Alvarado, ya se habían anunciado ataques. Banderas en contra de Andrés Fassi y Escribano, y a este último le dedicaron un cántico con insultos. ¿Razones? Cuestiones políticas, sin duda. Ninguno de los barras le pidió actitud al plantel. Falta un mes para el acto eleccionario y La Fiel parece que buscará jugar un papel preponderante. No tendrán los carnets suficientes para votar pero el método de la intimidación es su herramienta más potente. Hubo un solo detenido. Y mientras la Policía y el Gobierno hagan la vista gorda ante esta circunstancias, capítulos nefastos de esta naturaleza van a seguir ocurriendo.

La seguridad, sobrepasada. “Antes que nada pido disculpas y que me respeten en el sentido que no voy a hacer más declaraciones hasta que realicemos la denuncia. La Policía va a actuar de oficio. Sólo podemos decir que personas inadaptadas ingresaron al entrenamiento, no permitido al público, y violaron una puerta además de agredir a un guardia, que fue trasladado a un nosocomio por un golpe de tabique. Ya fue atendido por el médico del club”, contó casi sin respirar Víctor Bustos, encargado de seguridad de Talleres.

“Fue un hecho fortuito, ingresando por la puerta de la calle Lawson, donde el utilero del club (Matías Coronel) fue sorprendido cuando iba a rescatar las pelotas que cayeron a la calle. Aprovecharon esa contingencia”, agregó Bustos. “Ustedes fueron testigos”. Y cerró: “Fue una agresión general, la Justicia ahora es quien debe actuar tras nuestra declaratoria”.