Gran arranque. El volante salteño, entró con el pie derecho en el club. Y se ilusiona, como todos, con el ascenso.

Cuando terminó la nota con Día a Día un auto le tocaba bocina desde la Vélez Sársfield. “Dos” era la seña con los dedos desde la ventanilla. Sonriente, el reciente refuerzo de Talleres, Rodrigo López, lo gastaba a Ivo Cháves que lo miraba asombrado desde la vereda.

“Mirálo a Rodrigo cómo me gasta”, decía Ivo, parado en la entrada del bar del Teatro frente al Patio Olmos. Ambos fueron compañeros en Salta. López pasó saludando y se fue. La charla con Ivo había sido tan amena que continuaba en la calle. Caminando, lentamente. Con las manos en los bolsillos, el pibito que llegó desde Gimnasia y Tiro, aún no cae que en la noche anterior fue figura clave del Talleres que le ganó y eliminó a Newell’s de la Copa Argentina y con dos goles suyos.

“En el primer tiempo no nos paramos bien. Ellos son un equipo que juega de memoria. Parecía complicado, pero por suerte salió bien. Todavía no jugamos el fútbol que creo que podemos jugar”, cuenta con esa felicidad del chico que aún habita en su interior. A los 21 años, Cháves sufrió dos lesiones complicadas de las que salió. Saltó a la cancha cuando parecía que al club salteño no le quedaba otra que apostar a los chicos. A la fuerza.

Y antenoche se acordó de todo eso vivido. “Cuando me subieron al plantel pensaban que era lo que había o que recurrían a nosotros como rueda de auxilio. Pero con chicos como Esteban Burgos y Rubén Villarreal demostramos que estábamos a la altura y con la llegada del (DT) Tano Riggio nos sentimos con capacidad”, recuerda.

Las vueltas del fútbol lo trajeron hasta Talleres. Y ya jugó contra Belgrano y contra la Lepra. “Es impresionante lo de la gente. Ya se vive. Me decía Esteban (Burgos) que era tremendo y es verdad”, dice después de ese partido que lo tuvo como protagonista principal. “(Julio) Mozzo me venía diciendo: ‘Llegá al área’ y me volvía loco. Y así me quedaron dos. 3 a 1 y dos goles, y es bueno tener jugadores como esos que nos alientan. Y no podía errar después del jugadón de Favio Álvarez (en el primer gol de los dos que hizo, el 2-1)”, agrega.

Cháves pertenece a un grupo de pibes que afloraron cuatro temporadas atrás en Gimnasia y Tiro. Que fue curtido como futbolista por dos entrenadores con mucho oficio como Víctor Riggio y Salvador Ragusa. “Cuando le dije a Ragusa que me iba, me dijo de todo. Pero después, cuando se confirmó, me felicitó y me dijo que venir a Talleres era una decisión sabia”, comenta frente al pocillo del café humeante, mientras detrás del vidrio los autos son una cortina de lento movimiento.

“Una locura. Talleres me hizo explotar el celular. Me han llegado saludos y felicitaciones de todos lados. Y me llamó Riggio. Le agradecí porque él tuvo mucho que ver en mi carrera”, cuenta con esa nostalgia de los que sienten que dieron un paso hacia adelante.

“Talleres es más que una vidriera, es uno o dos escalones arriba”, dice Ivo, pausado, contento y con esa onda de los pibes que tienen la palabra ilusión tatuada en la frente. “Mi mamá me vino a ver. Está viendo vidrieras en el shopping, pero no se animó a las fotos ni a estar en la nota”, cuenta. La sonrisa no se le cae a Ivo, salvo cuando le toca hablar de todo lo que le costó llegar hasta esta instancia en su carrera.

“Es siempre más mérito personal, de convencerse de que se puede. Lamentablemente por la situación del fútbol de Salta, por la situación económica es difícil esperar un empujón. Siempre depende de uno. Y así fue esto”.

Cháves nació en la Linda. Tiene dos hermanas y dos hermanos. Justamente los dos varones juegan al fútbol en Gimnasia y Tiro. Imanol, es zaguero y tiene 19 años. Leandro, volante central, tiene un año menos. “Sólo me quería quedar en Gimnasia y Tiro para hacer la pretemporada con ellos, ja. Ya me tocó una con Imanol y nos divertíamos mucho. No sé si nos cruzaremos en el torneo, pero ojalá que algún día nos toque jugar juntos”, tira Ivo.

El volante está parado justo sobre esos momentos en el que las luces apuntan desde todos lados. Pero eso del estrellato, la notoriedad, es apenas un roce para el objetivo que tiene en mente. “Yo vine a Talleres porque es una gran vidriera, pero también vine a meter un ascenso. Y estamos bien, hemos empezado muy bien. Quiero que el torneo empiece ya. Hay un lindo grupo, buena gente, me gusta el trato de Jorge (Ghiso), hemos dado un paso. Pero me ilusiono mucho”, cierra Ivo. Un vivo del fútbol, de esos jugadores con picardía. De los que se necesitarán en el torneo, en esta categoría.

Un Ivo bárbaro.

"Talleres es llegar al fútbol grande"


Ivo Cháves tuvo la duda existencial. No sabía si el fútbol era su vida. Sentía que debía preguntárselo. “Y ahí aparece la familia. Me tocó tener la suerte de que mis viejos me decían: ‘aguantá, seguí’. Y después vinieron las lesiones”, tira Ivo, aún con ese recuerdo y esa bisagra en su carrera. Su corta carrera.

“Me rompí los tendones del tobillo izquierdo”. Fue una etapa que no esquiva. Ya está superada. Pero la pasó feo. Y más siendo pibe, con todas las preguntas que se puede hacer de cara al futuro.

–¿Cómo fue ese proceso? Y el novedoso tratamiento con células madre...
–Fue increíble. Porque evité la operación. Y me injertaron células madre para que se regenerara el tendón. Es reposo e infiltraciones. Muy novedoso, muy efectivo.

La verdad que quedó todo bárbaro. Esa lesión le ocurrió en un partido ante Sportivo Belgrano y lo sacó unos meses de la actividad. Después de un tiempo, cuando estaba volviendo, otro golpe en el otro tobillo lo volvió a “parar”. Parecía una burla.

Pero Ivo siguió. Aguantó. Se recuperó. Volvió a su nivel y se convirtió en nuevo jugador de Talleres. “Yo sabía que iba a salir adelante. Y así fue. Cuando apareció esto de Talleres fue algo que me encantó. Tenía la chance de irme a Guaraní Antonio Franco en la B Nacional. Pero después de hablar con los que saben preferí Talleres en el Argentino A. Además me hablaron muy bien, me siento muy a gusto de entrada”.

–Tenés una historia anterior, ya le habías hecho un gol a Talleres…
–Me acuerdo que tenía 18 años y el Tano Riggio me dice que entraba y que ganábamos el partido. Yo era pichón, íbamos ganando 2-1 con Gimnasia y Tiro. Yo tenía un cagazo bárbaro. Me quedó una pelota muerta y la tiré por arriba, me acuerdo que Rezzónico nos hizo los goles a nosotros. Y entré y les hice el gol, 3-1 en el Kempes, la cancha ardía. Nunca viví algo así. Terminamos ganando 4-2. Después en el reducido cuando perdimos 1-0 por gol de penal, no nos escuchábamos en la cancha, era tremendo el marco, la gente, qué locura. Uno que viene de abajo y que no está acostumbrado a algo así no lo podía creer.

–Te tocó asomar en el club de una manera impensada para cualquier jugador. Una gran noche ante Newell’s.
–Encima nunca en mi carrera hice dos goles en un partido. Es la primera vez que meto un doblete. Fue una noche soñada y una alegría para el grupo, para todos, un punto de partida para que la gente se vuelva a motivar porque viene de un duro golpe. La gente viene con un cachetazo en el alma y la idea es contagiar, que la gente crea y esperemos que podamos hacerlo fácil para estar siempre arriba.

–¿Aún sin empezar el torneo ya te representa algo muy importante?
–Cuando veníamos a jugar a Córdoba sentíamos que jugábamos con Boca o River, es una locura Talleres. Es impresionante. No lo digo para vender humo. Ya cuando llegué en las redes sociales te entran mensajes. Acá en Talleres es impresionante, es todo distinto. Vengo al fútbol grande. Es eso, venir a Talleres es venir al fútbol grande.

En Salta. Ivo Cháves tiene 21 años y nació en la provincia de Salta. Y se desarrolló como jugador en Gimnasia y Tiro. Es volante por derecha y puede ser carrilero.

El debut. El salteño debutó en Talleres el domingo pasado ante Belgrano. Acordó un vínculo por un año y medio y el club tiene opción de su ficha por el 50%.

El comienzo de una sociedad. Cháves jugó bien adelantado el viernes ante Newell’s. Con llegada, pudo estar ante claras situaciones de gol. Y anotó su primer doblete. “Me gusta jugar con Favio (Álvarez), nos entendemos. Creo que podemos hacer más”, dijo.