De última. La T cayó 2-3 ante Villa San Carlos, rival que obtuvo su primer triunfo en la B Nacional. Una pobre actuación del equipo.

Los hinchas de Talleres no salieron de su sorpresa por lo ocurrido en Berizzo. La primera sorpresa (o no tanto), fue el anuncio de que Cacho Sialle dirigía su último partido. La segunda (o no tanto), que por otro descuido defensivo San Carlos se puso 1 a 0 de entrada. La tercera (o no tanto), que el equipo volvió a jugar mal y en el primer tiempo no inquietó a Sessa. Y la sorpresa mayúscula: la T terminó derrotado por un rival que no había ganado en todo el torneo.

La tempranera apertura del marcador fue por una penetración de Fernández Silva ante la pasividad de la zaga central, centro atrás para Kardasinski y gol, con el arco vacío. Talleres no reaccionó, recién a los 20 tuvo una aproximación con Sánchez Sotelo. Muy poco, muy pobre.

No fue distinta la situación en el complemento. No sólo no mejoró Talleres, sino que a los 9 minutos Giménez se perdió el segundo casi abajo del arco. San Carlos no es una maravilla, está claro, por eso a los 15 avisó con un cabezazo de Sáchez Sotelo. El albiazul mejoró con ingresos de Tevez y de Álvarez y los dos se juntaron a los 24 para el empate. Pase de Favio, gol del delantero.

Pero era la tarde de las sorpresas desagradables en Berisso para los albiazules, porque al minuto Giménez cabeceó bombeada por sobre la estirada de Santillo, para el 2-1. Nadie lo podía creer.

Y había más. A nueve del final, Avendaño arriesgó en un pase incómodo a Santillo, el arquero la pifió y la pelota entró como haciendo burla para el 3 a 1.

El descuento del infaltable Klusener, de cabeza y en una jugada iniciada por el debutante Cristian Pavón, encendió una tenue esperanza a dos del final. Se apagó rápido, en una tarde para el olvido de Talleres.