Esos goles. Talleres convirtió cuando mejor jugaba su rival y le facturaron de igual manera.

Dicen que en el fútbol los goles no se merecen, sino que se hacen. Ayer, en Corrientes, Boca Unidos y Talleres marcaron uno cada uno, quizá cuando menos se lo esperaban, y por eso, al final de cuentas, terminaron repartiendo puntos. Fue el equipo de Claudio Úbeda el que arrancó dominando las acciones, llegando con cierto peligro al arco de Santillo, como un equipo compacto, corto y con una rigurosa línea de tres en el fondo que le viene dando buenos resultados. El primer susto para el equipo albiazul llegó con un disparo de Eloy Rodríguez, antes de los 10 minutos del primer tiempo, que Avendaño, bien ubicado, alcanzó a desviar. Luego otro disparo de Israilevich obligó a Santillo a esforzarse para despejar. Y en el momento menos oportuno, aparecieron los delanteros del equipo de Sialle. Cuando casi todo había sido de Boca Unidos, Sánchez Sotelo se hizo de la pelota en la zona media y encontró a Tevez en una posición cómoda. Fue un envío largo, que “el Búfalo” controló en dos tiempos y que se plasmó en el tanto de la “T”. Ahí cambió el escenario.

Con la misma moneda. Aquel gol del “9” fue una inyección de ánimo para los dirigidos por “Cacho” Sialle. Inmediatamente después, a los 44m., Elías Bazzi apareció por izquierda y envió un centro certero que la cabeza de Sánchez Sotelo mandó a la red, pero fue anulado por fuera de juego por el árbitro asistente Cuello. El complemento mostró un Talleres distinto y agresivo, que dispuso de varias jugadas para marcar el segundo. Por ejemplo, el formidable remate de Navarro que dio en el travesaño y en la línea de Martínez Gullotta; o una corrida de Sánchez Sotelo que concluyó con un remate del delantero que desvió con lo justo el arquero correntino. Pero a los 33m apareció Israilevich para devolver gentilezas y estampara el definitivo 1 a 1, cuando Talleres mejor estaba jugando.

Lo mejor pasó por el medio


Navarro, clave. A partir de la recuperación de sus volantes centrales (Navarro y Leyes) Talleres tomó el control de las acciones y empujó a sus hombres hacia adelante. La proyección de Bottino fue una alternativa para arrancar los ataques por la derecha. Así se gestó la jugada del gol y los remates más peligrosos de la “T”, como aquel de Navarro (ST, 13m) que se estrelló en el travesaño del arquero del elenco correntino.

Movida infructuosa. Sialle apeló, según justificó al término del partido, al ingreso de Salmerón para cubrir mayores porciones del terreno a partir de sus desplazamientos, pero no consiguió réditos. Los otros cambios (Brítez Ojeda por Navarro y Fredrich por Bottino) se dieron sobre el final del partido y no incidieron demasiado en el funcionamiento del equipo.

Uno x uno


Chaves. Buscó desbordar por su lateral, pero pocas veces lo consiguió.

Avendaño. Firme en la marca. El capitán albiazul salvó la valla de Santillo en dos ocasiones claras.

Vera. No sufrió complicaciones porque Talleres no fue atacado por el sector central de su fondo.

Bazzi. Perdió y ganó con “el Pipa” Estévez, pero cumplió.

Bottino. Tuvo más voluntad que juego y cumplió con ser salida por la banda derecha.

Leyes. Armó un buen tándem defensivo con Navarro, pero perdió algunas pelotas en el medio.

Navarro (foto). Fue clave por sus habilitaciones de larga distancia y en la recuperación del balón. Metió un bombazo en el travesaño, pero por una mala cesión suya llegó el gol local.

Díaz. No se terminó de adaptar a la responsabilidad que le dio el DT de hacer la banda por la izquierda. La pidió mucho, pero no siempre terminó bien las jugadas.

Tevez. Su gol cambió la historia del partido. Hasta ese momento había tenido un juego pálido y sin situaciones de gol.

Sánchez Sotelo. Tuvo un desempeño regular, con una buena asistencia en el gol de Tevez. En el segundo tiempo pudo haber aumentado la diferencia.

Salmerón. Corrió mucho, pero sin sentido. Se hizo amonestar.

Brítez Ojeda. Jugó apenas un par de minutos.

Fredrich. Entró en tiempo de descuento para colaborar con la tendencia de la pelota.