Talleres implementó una política institucional educativa en la pensión de juveniles, donde profesionales docentes y psicólogos se ocupan de la formación integral del menor, paso fundamental para complementar lo deportivo.

Vocación y pasión muchas veces van de la mano, más allá del compromiso profesional. En esa gran familia que es Talleres, conviven todo tipo de situaciones y emociones, más allá del fútbol. En la pensión (ex Stylo) hoy pernoctan 49 juveniles, y no todo es jugar a la pelota y soñar con hacerle un gol a Belgrano en un clásico, a River en el Monumental o a Boca en La Bombonera, para dar la vuelta al grito de campeón. Hay momentos donde deben enfrentar la realidad. Institucionalmente, se entendió que el mejor avance en la formación deportiva se complementa con la educativa. Por eso, el mayor logro fue imponer casi a nivel editorial a esa consigna, del estudio y la preparación intelectual como obligación, en función de acompañar a la par al objetivo de llegar al sueño de jugar en Primera. En ese sentido, la dirigencia del club de barrio Jardín organizó y rearmó las herramientas para contar con la mejor pedagogía y de esa forma, hay avances que certifican ese crecimiento: 33 juveniles cursan la escuela secundaria (uno a distancia en el marco de un acuerdo con Isada); uno en Primaria y uno con estudios universitarios (Ciencias Económicas); además de otros planes de estudios terciarios. Talleres, con orgullo, no solo habla del ascenso, también exhibe un importante desarrollo educativo, acompañado del trabajo y dedicación de varios profesionales, que además de comprometidos, son hinchas fanáticos del Albiazul.

Talleres de aprendizaje


Carolina Ochoa es la maestra de apoyo en la pensión, y conjuga su amor por Talleres con los chicos, a quienes acompaña en sus logros: “Lo más gratificante es cuando aprueban”, contó la profesora.

La saludan, la respetan, también producen actos de rebeldía, pero al final, terminan todos sentados en la mesa, repasando, haciendo la tarea y no hay berrinche que valga. Nadie zafa de los libros. Carolina Ochoa (24 años) es la profesora de apoyo de los más de 40 juveniles de la pensión de Talleres, y los martes, miércoles y jueves, desde las 19, apenas los jugadores vuelven de entrenar, los espera para merendar y estudiar. Esa verticalidad fue impuesta por la dirigencia de Talleres en la pensión, y “Carito” cumple con los requisitos, porque además, es fanática del Albiazul. “Es mi cable a tierra, puedo tener miles de problemas, pero cuando vengo con los chicos, me olvido de todo. Esto tiene mucho de vocación, aunque a veces, creo que hay más pasión que otra cosa”, confiesa Ochoa, profesora de historia en los Ipem 336 y 309, y también de adscripta en la misma facultad.

- ¿Cómo es la convivencia del futbolista con los estudios?
- En lo que a mí me toca hacer, es muy gratificante saber que me escuchan, que me hacen caso y que respetan normas de convivencia. Y la realidad es que ellos son adolescentes, muchos son reacios al estudio pero acá cumplen. A veces hay que ajustar los estribos, pero también gracias al plan que existe de aprendizaje integral, hay mucha obediencia.

- ¿Cuánto hay de pasión?
- ¡Mucho! Cuando me llamó Andrea (Maldonado, trabajadora social) para poder acceder a una beca y trabajar en el club de mis amores, hace un año, nunca imaginé semejante respuesta. Además, el trabajo que se viene realizando es muy excelente. Y además, es exigente, porque yo también me empecé a formar para ayudar a los chicos en otras materias, como matemáticas, lenguaje, ciencias sociales... Me incentivé mucho más.

- ¿Qué es lo más lindo de todo este sacrificio?
- En mi caso, lo más gratificante es cuando aprueban. Y me emociona cuando me dicen: “Profe, levanté una nota” o “me saqué un 10”. Eso no tiene precio. El otro día, un chico me dijo que la cocinera era “como la madre” y yo, “la tía”. Nos encariñamos, es la verdad. Yo también los escucho, los apoyo y les doy consejos.

- ¿Los has podido ver jugar?
- Ojalá tuviera más ojos para dividirme y acompañarlos en todos los partidos. ¡Incluso se me ponen celosos si no voy! Es una gran familia.

- ¿Y ese anillo en tu mano?
- (Lo enseña) Es un escudo de Talleres. Lo mandé a hacer hace unos años. Mi papá (Alberto) se hizo uno de oro, le salió como 2 lucas. Es que somos todos de Talleres fanáticos en casa.

Como dato significativo en relación a la inclusión educativa se puede mencionar que durante el ciclo lectivo 2012 el 77% de los alojados en pensión estaba desarrollando actividades educativas, mientras que durante el presente ciclo lectivo la inclusión se incrementó al 85% de los jugadores alojados en pensión.