Claro. Así fue el triunfo de la T que se divirtió en ante un pobre Instituto. Gran arranque.

En esta rueda de ilusiones que tiene Talleres para volver a la B Nacional ayer pasó un Instituto que no le hizo sombra. La T le ganó 2-0, casi sin despeinarse con dos goles de Klusener y ahora espera a Belgrano el próximo lunes. No parecía un partido de pretemporada.

Los dos arrancaron con mucho ritmo y hasta se animaban al juego asociado que cuesta luego de mucha exigencia física. Talleres, con la velocidad de Carabajal por derecha iba mostrando sus cartas sumado a la presencia ofensiva de Olego y Klusener. Instituto, crecía desde los pies de Piermartieri con la velocidad de Burzio. Las insinuaciones llegaron antes de los 10 con tiros de Velázquez para los albirrojos y de Carabajal, para los albiazules.

Pero el buen ritmo inicial se perdió y recién hubo un casi gol a los 31, con una pelota que le bajó Damiani a Sánchez en el área y el zaguero definió desviado. Esa jugada levantó el clima adentro y afuera del campo de juego castigado que presentó el Kempes. La primera emoción fue a los 38. Chiarini bajó a Klusener en la propia área y el 9 de la T puso el 1-0. Después del gol, Talleres se sintió dueño. Empezó a mover los hilos y terminó el primer tiempo mejor que su rival.

En el segundo tiempo, las ganas de Instituto se chocaron siempre con un rival bien parado, esperando lastimar de contra. Por esa vía, pudieron aumentar Santos y Olego. Pero, el premio volvió a ser para el goleador. A los 28, Klusener anticipó en el área de cabeza y puso el 2-0 después de centro de Chitzoff. Así, la T sentenció el partido y sueña con amargar a Belgrano el lunes.

Gonzalo Klusener. El goleador de Talleres fue letal. Tuvoi una movilidad que inquietó a la defensa albirroja, que tuvo que lidiar con su enjundia. Preocupó siempre, y marcó los dos goles para un triunfo en el clásico.

En Instituto, algo de Burzio fue lo más destacado de la Gloria, lo demás poco.