Rezzónico realiza la última etapa de recuperación y sueña con volver cuanto antes a jugar en Talleres. “Le pongo todos los huevos del mundo”, dijo el defensor albiazul.

Van más de nueve meses fuera de las canchas. La ansiedad se siente. Pero sin desesperarse, en doble turno, sesión a sesión, el defensor Juan Pablo Rezzónico trabaja para volver a vestir la camiseta de Talleres. La lesión que sufrió ante Racing en febrero pasado es la más infausta para un futbolista: rotura de ligamentos cruzados de la rodilla izquierda. Y pese a que su recuperación marcha de manera óptima, todavía le quedan como mínimo tres semanas más de rehabilitación. De todas maneras, sin desesperarse, el zaguero busca abstraerse de los plazos y solo piensa en estar de la mejor manera.

“La verdad, se prolongó demasiado mi inactividad y eso me mantuvo intranquilo. Una lesión que por lo general se cura en seis o siete meses, yo llevo casi diez. Pero entiendo que debo estar al cien por ciento, porque si no, no sirve de nada. Soy consciente de que todavía me falta, pero no veo las horas de estar disponible cuanto antes”, cuenta Rezzónico, quien desde hace varios días ya entrena con la pelota y con fútbol en espacios reducidos.

- ¿Cómo te sentís, desde afuera, con tu recuperación?
- Todavía me falta, veo que por el costado izquierdo tengo buen arranque, pero por derecha, me cuesta. No me es tan fácil saltar. Son síntomas de que aún me restan varias etapas por sortear, pero son las últimas. El “profe” Antonio Mércuri me habla constantemente, me aconseja y me pidió que piense en la pretemporada en enero, pero uno quiere estar antes. Le pongo todos los huevos del mundo.

- La lesión te llegó en tu mejor momento...
- (Piensa) Creo que sí. Me sentía cómodo, con mucha confianza, con Walter (Ribonetto) nos entendíamos bastante bien y el equipo marchaba puntero. Estaba en armonía. También tengo el sabor de la frustración por haber quedado afuera en el Nonagonal, lo tomo como parte porque también era parte del equipo. Espero no tener secuelas, este tipo de lesión son jodidas (sic) e incluso a muchos los sacó de la actividad. Por eso, creo que debo estar a pleno, de esa forma le sirvo más al equipo. No quiero resentirme tampoco.

- ¿Sentís el apoyo de los hinchas?
- Eso es lo que más me estimula. En Talleres se me miró con desconfianza al principio, porque no me conocían, pero con el correr de los partidos, me fui afianzando y la gente me lo hace notar. “Flaco, tenés que estar, mejorate rápido”, me dijo un tipo en la platea y eso me generó más necesidad de responder. Por suerte, la dirigencia confía en mí y les estoy agradecido.

- ¿Llegás a jugar algún partido antes de fin de año?
- Eso sueño, quiero meter uno aunque sea, pero sin volverme loco. Sino, espero la pretemporada. Estoy motivado y quiero retribuir la confianza a todos.

Con Colón, ¿En Córdoba?

Pese a que recién mañana habrá certezas, se estipula que ante Colón de Santa Fe, por los 32ª avos de final por la Copa Argentina, Talleres enfrentará a Colón el miércoles 23 del corriente. La novedad tiene que ver con el escenario: mientras que por momentos se especuló que ese duelo se dispute en el estadio Único de La Plata, otras versiones indican que ese cotejo tendría lugar en el Mario Kempes. Incluso no se descarta que Belgrano ante Sacachispas, también sea organizado en el Mundialista. Mañana recién se confrmarán las otras sedes.