Erroz, voz de mando del mediocampo de Talleres, destaca que se armó un buen grupo, y es consciente de que todos le van a querer ganar como sea. “Me tocó vivir algo similar en Atlético Tucumán. A los grandes, todos le juegan a muerte”, dijo.

Orden, voz de mando, experiencia y compromiso. Con todos esos requisitos, Diego Erroz se afianza día a día, práctica a práctica, amistoso a amistoso, como uno de los referentes más importantes de Talleres. En cada ensayo, sobresalió por su temple y su rigor táctico, como patrón del círculo central, y se perfila como líder. De todo esto habló el ex Atlético Tucumán con PODIO, y sobre todo, con la mente en el inicio del torneo. “Creo que todos nos estamos sintiendo a gusto. Estoy contento, estoy en un club con mucha historia y que tiene la obligación de ser protagonista. Vamos a responder a la altura, pero para eso nos tenemos que seguir preparando, sin perderle pisada al objetivo”, contó el mediocampista oriundo de la localidad de Embalse.

- ¿Cuál es la virtud del grupo?
- El compañerismo, el sacrificio, el compromiso. Acá todos aportan lo suyo y nadie se quiere salvar todos. Si ascendemos, ascendemos todos. Se prioriza el grupo, no las individualidades. Eso es lo que necesita todo equipo para lograr las metas planteadas. Es lo fundamental y lo estamos logrando. Cada integrante sabe lo que tiene que hacer para el bien común y eso es primordial para cualquier desafío.

- ¿Qué te pide Bianco?
- Nada en especial, que aporte en la marca y ordene el mediocampo, que aporte en al creación y que estemos firmes en la cuestiones tácticas, para cumplirlas a la perfección.

- A Talleres todos le van a jugar con un plus, como siempre...
- Sin dudas. Me tocó vivir algo similar en Atlético Tucumán, en cada cancha todos te plantean el partido como una final. Estoy acostumbrado a la presión, a los grandes siempre le juegan a muerte. Es así, hay que estar preparado.

- ¿Se siente el entusiasmo y la presión de la gente por ascender?
- Me sorprende la cantidad de gente que va a los entrenamientos, a los amistosos. Ante Las Palmas había no menos de 400 personas. Eso es un estímulo y a la vez, uno siente la necesidad de responder. Vamos creando un grupo comprometido y el ascenso en el objetivo de todos.