Rodrigo Escribano no quiere hablar de la renunica del asesor deportivo. Además, asegura que la proporcionalidad de jugadores del club creció un ciento por ciento. “En la pretemporada hay 17 nuestros y 12 a préstamo. El año pasado sólo teníamos ocho”, señala.

Por distintos motivos, el presidente del Fondo de Inversión de Talleres y miembro del Comité Asesor Deportivo del club, Rodrigo Escribano, pasó al centro de la escena. El fallecimiento de Miguel Srur, uno de los dos principales inversionistas del Fondo; la incertidumbre que generó la poco clara renuncia de Diego Graieb a la gerencia del Comité; la llegada de más refuerzos que los anunciados originalmente y la partida de numerosos jugadores del club, son puntos que inquietan a los hinchas y socios albiazules y que Escribano abordó ayer con Mundo D.

–¿Cuáles fueron los motivos reales por los que renunció Graieb?
–Son motivos personales. La persona indicada para responder es Diego. Sé que circularon innumerables versiones al respecto, pero el club no puede estar abocado a confirmarlas o desmentirlas. No me constan. No tengo ningún indicio o conocimiento de que hayan sucedido. Es tema superado.

–Otro rumor asegura que Mario Ballarino será el reemplazante de Graieb.
–No hemos analizado todavía quiénes serán los candidatos.

–¿En qué quedará el proyecto con Lanús?
–El proyecto es crecer institucionalmente, en las inferiores, generar jugadores propios, capacitar a técnicos de inferiores, formar la escuela de inferiores, seleccionar talentos, crear un selectivo, etc... Esto lo desarrollan Vélez, Lanús, Banfield y otros clubes. A eso apuntamos. No tenemos relación alguna con Lanús. Sólo es un modelo citado. Nuestro proyecto es el proyecto Talleres.

–¿Se está cumpliendo la premisa de privilegiar a los jugadores del club? Se fueron varios, llegaron nueve refuerzos y habían asegurado que no llegarían más de cinco o seis.
–Es así, y se ha respetado. Cambia el número de refuerzos porque hubo que reemplazar a Crivelli, Ruiz y Cejas, que iban a seguir en el plantel. Hoy en cada puesto tenemos un solo jugador a préstamo y dos o tres del club. En la pretemporada tenemos 17 jugadores propios y 12 a préstamo. Y de estos 12, dos con opción de compra. El año pasado teníamos ocho jugadores propios en la pretemporada. Ha crecido la proporcionalidad en mas del ciento por ciento.

–¿Alcanzan?
–Si se tiene en cuenta que el torneo insume 40 fechas como mínimo y se suma la Copa Argentina, probablemente nos falten jugadores. Con este esquema todos los jugadores del club van a jugar y se potenciarán en la competencia por un puesto.

–¿La muerte de Srur cambia en algo el escenario?
–Hemos perdido un gran sostén en lo humano. Su experiencia y templanza no podrán ser reemplazadas. En lo estrictamente administrativo, creo que Miguel estará muy bien representado por su hijo Marcelo.

–¿Sebastián Navarro le planteó su deseo de irse?
–Con “Seba” he hablado mucho. Escuchó que yo había declarado que era intransferible, entonces me dijo que si llegaba una oferta de una división superior, quería analizarla y que el club no la rechace. Le contesté que en ese caso se lo haríamos saber, pero le ratifiqué mi postura de no negociarlo.

–¿Estás de acuerdo con que el Argentino A se juegue en dos zonas?
–No. Entendemos que sería mas justo jugar todos contra todos, en una sola zona, que el campeón ascienda, el segundo juegue por el segundo ascenso, los dos últimos desciendan y los dos siguientes promocionen. Presentamos un proyecto que era aceptable, pero el desarrollo de la Copa Argentina colisionaba con esta forma de disputa.

–¿Víctor Cejas se fue porque no quisieron pagar 15 mil pesos por su préstamo?
–Libertad nunca nos pidió un préstamo de 15 mil pesos ni otra cifra. Cuando negociamos el préstamo de Wilfredo Olivera, acordamos que en el monto estaba incluido el préstamo de Victor, sin cargo. Cuando se cayó el pase de Olivera, demoraron en mandarnos firmado el préstamo. Reclamamos, Cejas también, nunca nos pidieron dinero y nos decían que lo solucionarían. Lo presionaron para volver y además él arregló un contrato más alto con ellos. Todo lo supimos después y me lo contó un jugador del plantel, porque no entendimos su reacción. Le pagamos el sueldo un año sin que jugara, la operación y la rehabilitación. Estábamos dispuestos a pagar 15 mil pesos o un monto razonable, pero se arrepintieron de prestarlo y el DT de ellos lo quería.