En Unión de Oncativo. A los 36 años regresó y anhela un partido despedida. Si bien jugó en Sportivo, quiere que el domingo gane Talleres.

Habiendo colgado los botines definitivamente hace un año, Diego Garay habitaba el Mundo Talleres como DT de inferiores, después de haber sido aquella gloria albiazul que participó del último ascenso albiazul de 1998, el pase a las copas con una campaña en Primera incluida.

Sin embargo, el bichito del fútbol nunca dejó de picarle. Y fue así que el domingo pasado, con 36 años, se puso la camiseta de Unión de Oncativo para vencer 1-0 en el clásico al campeón Flor de Ceibo, por la 4ª fecha de la Liga Independiente.

“Pensé que no iba a jugar más. Ya lo había decidido. Pero acá estoy y jugué. La última vez había sido en Mitre de Las Varillas el año pasado. La verdad estoy sorprendido. Le pidieron mi teléfono a Adrián Avalos, que estaba en Luque”, comentó “el Diego” de la “T”, quien también jugó en Sportivo.

El enganche ingresó en el complemento por Mozzoni. El equipo es dirigido por Norberto Testa (ex Belgrano). “No me pude sacar el bicho del fútbol. Hice una práctica el jueves y pude jugar. Terminé muy cansado. Entrenaré dos veces por semana. Mi idea es poder hacer todo. Estoy dirigiendo en inferiores de Talleres y también quiero terminar el curso de técnico, que son mis prioridades”, contó “el 10”, compañero de Raúl Vangioni, Daniel Ríos (ambos ex Juniors y Racing) y Marcos Ballarino (ex Talleres), que el domingo fueron rivales de Darío Zárate, Hernán Medina y “Leo” Torres (todos ex Belgrano).

–¿Volverías para una despedida en Talleres?
–Sí. Me encantaría hacerlo allí. Soy hincha y me dio todo.

–Jugaste para Talleres y Sportivo. ¿Qué decís?
–Más que pálpito es un deseo. Si bien Sportivo es el club de la ciudad donde nací y allí jugué, mi corazón es azul y blanco. Y quiero que gane. Sería un partido clave para ascender.