El goleador. Riaño vive un presente ideal en la T, el club de sus amores. “Hacer un gol con esta camiseta es algo increíble”, asegura el 9. Figura.

La ilusión se gesta ya desde niño, cuando papá nos entrega ese primer regalo inolvidable. Esa pelota que patearemos miles de veces contra la pared hasta ir entendiendo de qué se trata ese deporte tan mágico llamado fútbol. Pero ése es apenas el comienzo. Porque, más que el fútbol en sí, lo que nos movilizará en serio será la pasión que se generará alrededor de la redonda. Porque el cuore empezará a latir al ritmo de esa camiseta que nos identificará para siempre. Casi desde la cuna.

Y entonces uno irá maquinando cómo sería meter ese gol de cara a la popu. Los que la mueven en serio y los que son de madera. Todos imaginamos cómo sería mandarla a guardar para ese club tan amado y con verlo saltar como un loco al viejo en la platea. A ese que fue nuestro primer DT. O a esos hermanos que fueron nuestros mejores rivales en las inolvidables prácticas en el patio de casa.

Pero, claro, sólo algunos elegidos pueden hacer realidad esa fantasía de millones. Y puede decirse que el 9 de Talleres Claudio Riaño es uno de esos privilegiados que sueña despierto.

Es que, con apenas 22 años, el pibe de barrio Las Palmas vive un presente tremendo. No sólo juega en el Talleres de sus amores, del cual es reconocido hincha. Sino que además la está rompiendo. Porque llegó en julio al Matador y ya es el goleador del equipo con ocho tantos (el sábado clavó tres en la goleada 5-1 sobre Estudiantes de Río Cuarto). Porque la aguanta de espaldas al arco como si tuviera años en Primera. Porque se ha metido en el bolsillo a la gente albiazul, a pura gambeta. Porque ya hizo festejar como locos a papá Carlos y a sus hermanos, tíos y primos en las tribunas. Y porque está en la mira del Fondo de Inversión de la T, que quiere comprarle la mitad de su pase en diciembre (pagará unos 150 mil dólares para ello).

“Hacer un gol con esta camiseta y poder dedicárselo a mis familiares es algo increíble. Yo desde chico que voy a la cancha a alentar a Talleres. Siempre fui con mi familia y muchas veces me ha tocado ver a la gente explotar desde este lado, desde la tribuna. Ahora me toca estar adentro y es algo espectacular”, le dijo el ex Lasallano a Día a Día.

Y justamente Lasallano fue su trampolín a los primeros planos. Porque, luego de una gran temporada en la Liga Cordobesa, el punta fue fichado por Racing, donde marcó tres goles. Y luego llegaría su silencioso pase a Talleres, donde resultó ser el refuerzo que (por lejos) más ruido está haciendo. “Desde que llegué a Talleres me cambió la vida. La gente te para por la calle, hablan de vos todos los medios, jugás con mucha gente en la cancha, tenés otras presiones... La verdad fue un cambio muy abrupto, pero hemos tratado de afrontarlo de la mejor manera. Además, recibir el cariño de la gente es algo muy lindo”, manifestó el pibito que estudiaba Administración de Empresas, antes de meterse de lleno en el fútbol.

Su mejor momento. Riaño debutó en Talleres en la 3ª fecha de este torneo, en el triunfo 2-0 sobre Juventud Unida. Esa tarde no fue del todo buena para el delantero, quien lució inseguro. Impreciso. Sin embargo, luego todo sería diferente, ya que mostraría un crecimiento ininterrumpido partido tras partido. “Contra Juventud Unida jugué los últimos minutos y no hice una. La pelota se me pasaba por abajo del pie. Eso me bajó un poco la confianza. Pero una semana después, el técnico volvió a darme una chance en San Juan, me dijo que estaba capacitado para hacer las cosas bien y cuando entré la metí. Desde ahí que vengo manteniendo un buen nivel”, recordó.

–¿Imaginabas este presente? Porque sorprendiste a propios y a extraños...
–Cuando llegué sabía que era complicado jugar. Tenía tres delanteros muy buenos por delante, que habían convertido muchos goles el torneo pasado. Pero yo confiaba en mis capacidades. Por suerte tuve la oportunidad de jugar y cuando lo hice rendí. Eso me ha dado minutos y la verdad sí, todo se ha dado muy rápido. Esto es algo soñado.

–Los dirigentes quieren comprarte parte del pase. ¿Representa una presión extra eso?
–Eso se definirá cuando termine el torneo, pero sé que tengo que abstraerme y sólo pensar en jugar. Seguramente, si sigo así, las cosas se van a dar solas. Yo trato de mantener los pies sobre la tierra y seguir aprendiendo. Todavía no llegué a mi techo.

–Se viene el clásico con Racing. Partido especial para vos.
–Seguro. Porque es un clásico y porque dejé muchos amigos allá. Ojalá volvamos a ganar.

Riaño hace realidad el sueño de todo pibe. Y en la T le piden que no despierte jamás.

Mundo Albiazul



Sin descanso. Pensando en el clásico del jueves a las 21, ante Racing en el Kempes, la T entrenó ayer de manera liviana y esta mañana volverá a hacerlo, desde las 9, en barrio Jardín. Mañana, a las 20, Arzubialde ordenará la práctica de fútbol en el Chateau.

Dos con nanas. Gabriel Ruiz y Agustín Díaz se retiraron con molestias luego del 5-1 sobre Estudiantes, pero los dos llegarían OK al duelo con la Acadé. El DT repetiría el 11 que goleó al Celeste.