Tímido en la calle, desenvuelto en la cancha, el volante de Talleres habló con LA MAÑANA sobre su gol, su momento en Córdoba, y sus inicios. Trabajó en una empresa lechera y contó que le da vergüenza que le pidan autógrafos. “El torneo es muy largo, pero creo que el equipo ya encontró el camino”, dijo.

¡Cómo le cuesta a Víctor Cejas desenvolverse ante las cámaras! No puede con su genio. El volante de Talleres, figura del triunfo ante Desamparados el domingo pasado, sacó a relucir su timidez ante una sesión fotográfica con LA MAÑANA. “No puedo creer que me estén haciendo esto. No me gusta, me incomoda, perdón”, dijo con humor y nerviosismo, pero en realidad, no está acostumbrado. Y por eso es introvertido, porque en Sunchales (llegó proveniente de Libertad a principios de temporada) no tenía la misma exposición. Mucho menos en Lehmann, su ciudad natal, a 15 kilómetros de Rafaela y con apenas 2500 habitantes.

“Allá todos me conocían, no me pedían autógrafos ni nada de eso, como me pasa en la cancha de Talleres. No me molesta, pero me da vergüenza. Córdoba es una ciudad muy grande. No salgo mucho la verdad, pero de a poco me voy adaptando. Por suerte vino Daniela, mi novia, y eso me ayuda mucho”, contó Cejas, con una dulce inocencia. No habla mucho y no lo necesita: su lenguaje es el fútbol. Ahí se sabe expresar bien. El mediocampista llegó a préstamo por un año con una opción de compra de 100 mil dólares y fue figura ante Desamparados, con gol incluído.

- ¿Cómo empezaste a jugar?
- A los 10 años, en el campito, jugaba con mi hermano. Después estuve en el club Moreno, de mi pueblo, y un “profe” me invitó a Sunchales. Acepté sin pensarlo. Por suerte las cosas salieron bien y ascendimos con Libertad. En Talleres me sorprende la pasión de la gente, eso es impactante, y no estoy acostumbrado mucho a eso.

- ¿Qué trabajo tendrías si no fueras futbolista?
- La verdad, no sé. En esas zonas se labura mucho en el campo. Pero lo que mejor hago es jugar a la pelota, creo yo... (risas). Uno persigue muchos sueños y de a poco voy cumpliendo con los objetivos que me puse. Y quiero seguir soñando.

- En Sunchales trabajaste en una empresa lechera...
- Sí, me tocó hacer de todo ahí. Me llevó un ex dirigente, Ricardo Scaraffia, para que me haga unos “mangos” y pueda seguir en el fútbol. Lo hice cinco años. Por la mañana en la empresa y a la tarde, a entrenar. Por suerte había flexibilidad, por los viajes.

- ¿Qué hacías ahí?
- Servicios de catering, presentar los menús, y muchas veces de mozo también cuando había convenciones. Eran flexibles conmigo por suerte. Y también hice actividades administrativas.

- ¿Te sorprendió la presión con la que convive Talleres?
- No, porque es un club grande. Yo estoy muy comprometido. Tampoco voy a salir a matar a un contrincante, pero yo vine a crecer y a poner a Talleres más cerca de lo que marca su historia.

- ¿Qué te pide Arzubialde?
- Que juegue como lo hacía en Sunchales. Por la banda, que me sume al ataque, que de una mano en la marca. El torneo es largo, pero creo que ya encontramos el camino.

“Vine a crecer y a poner a Talleres más cerca de lo que marca su historia”. Víctor Cejas

Hice servicios de catering, presenté menúes, y muchas veces fui mozo cuando había convenciones”.