Desde ayer, la "T" tiene nuevo entrenador. El técnico le dijo a los jugadores que la unión del grupo será fundamental para ascender.

Un trabajador. Arzubialde no quiere perder ni un segundo de trabajo. Fue el primero en subirse al colectivo para ir a la práctica.

"¡Vamos, hermano. Acá hay que estar así!", gritó sacudiendo ambas manos, buscando apurar el comienzo de la práctica y sacudir la "modorra" de sus jugadores, que lo miraban parados con las manos en los bolsillos. Así arrancó su segundo ciclo de Héctor Arzubialde como entrenador de Talleres.

El hombre elegido para reemplazar al renunciante Andrés Rebottaro es un viejo conocido. No sólo porque, como jugador, fue un defensor de jerarquía que tuvo la "T", sino porque, hace cinco años cumplió un "mini ciclo" de seis partidos como técnico, en el que reemplazó a la dupla Willington-Trignani, con el equipo en la Primera B Nacional.

"¿Si ahora tengo más experiencia? Sí, claro. Han pasado los años, pero la experiencia no te garantiza nada", aseguró el DT con seriedad, mientras su miraba recorría las paredes de la Boutique.

Recientemente desvinculado de Gimnasia de Jujuy, la llamada lo sorprendió en su casa, mientras jugaba en el patio con su hijo, según confesó. "Ni dudé. Es un gran desafío, no sólo para mí. Me toma en un buen momento. A veces los tiempos de los clubes no coinciden con los de los entrenadores. Tengo experiencia por haber dirigido a Alumni. Este torneo es cada vez más competitivo. Algunos lo subestiman y creen que Talleres lo puede ganar con tranquilidad. No es así", explicó.

A las 9, Arzubialde ingresó al vestuario acompañado por los miembros del Fondo de Inversión y la Fundación Albiazul encabezados por Ernesto Salum. Allí, mientras el viento y el frío acentuaban una mañana gris, el DT dialogó por espacio de una hora con los jugadores antes de partir hacia el predio de las 24 hectáreas.

Básicamente, su discurso hizo hincapié en el esfuerzo y la unión del grupo, pilares para la encarar el objetivo de llevar a Talleres a una categoría superior.

"Para conseguir cosas tenemos que tener tranquilidad e inteligencia. Debemos abstraernos del "mundo Talleres", saber sobrellevar la presión. Debo hablar bien con los jugadores puertas adentro, en los entrenamientos, en el vestuario... Por allí pasa la verdad en el fútbol", expresó con sinceridad.

El DT evitó dar nombres de los jugadores que pretende para reforzar el plantel, pero dejó bien claro que necesita incorporaciones. No obstante, se tomará un tiempo para evaluar lo que tiene y así determinar los puestos a reforzar.

Acompañado por su hermano Carlos (ex delantero de Belgrano) y el preparador físico Martín Audano y Gustavo Irusta (ya trabajaba con el plantel, como entrenador de arqueros), Arzubialde ordenó ejercicios físicos y con pelota en el predio a la vera de la Circunvalación. Conversó, ordenó y dirigió. Así comenzó Arzubialde su segundo ciclo en Talleres.